domingo, noviembre 24, 2024
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Los socorristas de El Seibo evitaron que Fiona matara a mucha gente, pero no pudieron salvar su propio local

EL SEIBO. Los organismos de socorro tienen como objetivo principal brindar una atención inmediata a la sociedad en caso de desastres, contingencias ocasionales, emergencias, entre otros eventos que amenacen la vida de cualquier persona. Son rostros que exponen sus vidas, por salvaguardar las de los demás, en muchos casos, de forma voluntaria y desinteresada. Pero estos héroes sin capa, muchas veces no poseen las herramientas necesarias ni se exponen en las mejores de las condiciones. En la República Dominicana, se cuenta con varios, como son el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad (911), la Cruz Roja Dominicana, la Defensa Civil y otros.

Esta última, el año pasado, solo para la segunda etapa del operativo “Conciencia por la Vida y Año Nuevo 2022-2023, asistió con más de siete mil voluntarios a la población dominicana durante ese asueto. Sin embargo, en el caso de la sede del municipio de El Seibo, en esa provincia, el espacio desde donde se programan las acciones para socorrer a los ciudadanos, sufre varios desperfectos.

DAÑOS

El Seibo ha sido castigado por varios huracanes desde el 2017, con el paso de los huracanes Irma, categoría 5, y María de categoría 3, que impactaron de forma severa esta provincia. Además, el paso del huracán Fiona, categoría 3, que el 19 de septiembre de 2022 tocó tierra en República Dominicana. Este último, el Fiona, ocasionó severos daños al local de la Defensa Civil de El Seibo, el cual, fue destechado en más de un 90% de la segunda planta y prácticamente, haciendo estragos en la primera, especialmente, en el dormitorio de los voluntarios de esa institución.

La infraestructura donde funciona dicho local, de acuerdo a los propios miembros del organismo de socorro, tiene un año en franco deterioro. Para el comunicador y presidente del Instituto Duartiano en esta localidad Cesar Motta, a pesar de los esfuerzos realizados por los principales dirigentes ante las autoridades, estas han actuado con displicencia. Y es que, los daños son evidentes y marcados. La parte del segundo nivel del local perdió el techo completamente, medio espacio de la marquesina se derribó, hay puertas completamente en el suelo, cartones de paredes desprendidos, cables colgando y herramientas a la intemperie. La situación empeoró con las lluvias recientes por la tormenta Franklin.

NO SOPORTA UNA REPARACIÓN MÁS

De esa manera, pareciera que “el propio local de la Defensa Civil está en emergencia y requiere ser socorrido ante cualquier fenómeno atmosférico que se presente”, resaltó Manuel Martínez, un ciudadano de El Seibo, cuescuestionado por este particular, pues, el zinc del salón principal, también, está deteriorado. “Lo más urgente ahora mismo es solucionar el deterioro de nuestro local, ya que está casi destruido en su totalidad y no soporta más reparaciones por el detrimento de los materiales que la soportan. Se le está evaluado y no es posible”, manifiesta Rosalía Moreno, quien es oficial auxiliar administrativa, y encargada de información.

En ese orden, destaca que referente a las demás necesidades, en cuanto a equipos, herramientas y materiales, están prácticamente desnudos, puesto que carecen de hachas, machetes, picos, motosierras, sillas de rescates, cintas tubulares, camillas, botiquines, equipos tecnológicos, de cocina, muebles, dormitorios, botas, equipos de protección y un sinnúmero de equipos que ayudarían a brindar un mejor servicio. Moreno de su lado, hace la salvedad de que, entre ellos mismos reparaban el local, pero esta vez los daños fueron mayores debido a tantos remedios. Explica, asimismo que, del salón multiusos salen filtraciones por estar destechado.

“Se moja todo, dan ganas de llorar, además da un poco de impotencia, porque ocurre hasta por una llovizna”, expresa. La oficial pidió que pueda haber, prontamente, una salida al problema y, de esa forma, puedan estar bajo la seguridad y la protección de un local fortalecido, ya que, prácticamente, se encuentran a la intemperie, viendo peligrar sus vidas, mientras solo cuentan con cerca de un 10% del establecimiento funcional.

UNA VIDA DE SERVICIO

Detrás de esos hombres y mujeres que están dispuestos a poner en peligro sus vidas, por los demás, existen historias de servicio al prójimo que vale la pena resaltar. En el caso de Moreno, quien además es educadora y comunicadora, recuerda haber ingresado a formar parte del voluntariado de la organización, en el 1994, siendo 29 los años de entrega y hospitalidad a la población seibana.

La mujer, junto a Carlos Villegas, un hombre de 39 años, tiene la mayor parte de su vida, sirviendo a su comunidad como voluntario con una única recompensa: el deber cumplido, y entre tantas narrativas de vida en los más de 100 miembros de la institución, comenzó a hacer del servicio social parte de su cotidianidad, desempeñándose como predictor de informaciones hidrometeorológicas, y rescatista de primera línea. Villegas al igual que Moreno dice que su vida ha cambiado drásticamente, pues, su labor le permite crear empatía con las necesidades de sus conciudadanos y lo humaniza. Ella afirma que “Es algo inexplicable, una satisfacción profunda. Llegar a lugares donde viven los más vulnerables, asistirles, brindarles apoyo y seguridad. Toda esta devoción nos hace incansables y, poder decir al final de cada evento, misión cumplida, lo logramos”.

UN POCO MÁS

La historia de este organismo, data de varias décadas atrás. Fue antes de 1966, cuando llegaba la temporada de huracanes, un grupo de radioaficionados se reunía en la Cruz Roja, para estar atentos por si surgía algún tipo de emergencia, inmediatamente ponerse a disposición y ayudar en todo lo posible. En la ardua labor a desempeñar de la Defensa Civil, destaca la asistencia con unidades de respuestas técnica de extracción y extricación vehicular, atención prehospitalaria, salvamento acuático, rescate en estructuras colapsadas, búsqueda y localización de rescate en montañas, búsqueda y rescate con unidad canina, manejo de sustancias y materiales peligrosos, equipos de rutas de evacuación, entre otros.

En El Seibo, pese a las dificultades, esta resulta ser una de las dependencias, en toda la región, con mayor número de personal, según la regional de la Defensa Civil, es la tercera en todo el Este, la cual, está conformada por 125 miembros activos y funciona desde 1986. Las edades del equipo rondan entre los 18 hasta los 80 años, la mayoría hombres. En la dirección de El Seibo, la labor de desprendimiento, se hace evidente en el hecho de que el 98% del personal trabaja de forma voluntaria y solo seis personas son asalariadas y, a pesar de contar con la tercera posición regional en personal, igualmente, se hace necesario más personas. 

QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES?

De acuerdo con una fuente de entero crédito, en una visita que hiciera la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, a esta provincia, se comprometió a buscarle salida al problema. Además, especifica que hay planos para a hacer una nueva infraestructura, aprobada por el Despacho del Presidente, donde instruyó al ministro de turismo, David Collado, de encargarse de la obra, pero a la fecha, no se ha hecho nada. Mientras, el alcalde municipal, Leo Francis Zorrilla, expuso que el local se pretende remodelar con un techo de plato. “Hay un proyecto de redecoración y construcción que se va a desarrollar próximamente”, apunta el funcionario a la vez que coincide con Estarling Leger, director regional de la Defensa Civil Civil, quien asegura que se está en trámites vía la presidencia de la República.

Jeni Polanco
Jeni Polanco
Periodista egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con Diplomado en Periodismo de Investigación. Locutora y conductora de TV.