lunes, mayo 6, 2024
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Docencia desde las casas desnuda flaquezas del sistema educativo y marcados niveles de desigualdad social

El Seibo. – Aprender desde el hogar siempre fue una tarea un tanto utópica, pero la pandemia causada por el coronavirus del COVID-19, ha cambiado los estándares de aprendizaje a nivel mundial. Con implicaciones que van desde el estrés de los padres estrenándose como educadores, la incomprensión de los contenidos educativos, el examen reprobatorio y exhausto de los docentes y un sistema educativo dominicano puesto a prueba por la tecnología. Según un documento firmado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), tres de cada cuatro niños y jóvenes en todo el mundo están siendo alfabetizados desde su hogar, para un total de mil 370 millones de estudiantes. Asimismo, alrededor de 60,2 millones de maestros en el mundo tampoco pueden trabajar en las aulas. El Tiempo comparte con sus lectores una mirada a la situación actual del proceso enseñanza-aprendizaje en República Dominicana, obligado por la pandemia del coronavirus. Un reto Para Yokeyris Mercedes, quien es madre de una niña de seis años, alfabetizar a su hija en casa, además de las complicaciones del hogar en momentos de cuarentena, â??no funcionaâ?. Puesto que la niña requiere de métodos especiales de enseñanza porque se distrae mucho y le cuesta terminar sus asignaciones. Cuenta que su profesora le envía los trabajos por Whatsapp, del que dice es muy amplio, y que en ese poco tiempo los niños no asimilan, por lo que cree será un año escolar â??perdidoâ?. â??Es terrible. La niña es muy haragana, se me agota la paciencia por ratos, intervenimos todos en la casa, y lo peor de todo es que a veces no entendemos lo que la profesora envía. Ã?ltimamente, está que hace la tarea por hacerla. Todos sabemos que este va a ser un año escolar perdido, son muchas tareas para poco tiempoâ?, relata Mercedes. Considera, también, que aunque todos pongan su máximo esfuerzo el aprendizaje no es el mismo, ya que los padres o tutores no están capacitados para enseñar, además de que según ella la cuarentena lo complica todo. Por esto, espera que antes de concluir el año se empleen métodos de enseñanza más prácticos y los niños no se queden con â??lagunasâ?. Y es que el COVID-19 no sólo ha desnudado las deficiencias del sistema educativo dominicano, sino que ha evidenciado aún más la marcada desigualdad social, cada vez más contrastada, dejándose palpar en historias como la de Walesca de la Cruz, quien educa a sus tres hijos desde su hogar y no consigue todos los días para poner el paquetico. De la Cruz explica que el poco dinero que consigue llega por su esposo, y lo utilizan para comprar alimentos. Entre los tres niños, a veces no alcanza el tiempo para que todos completen las tareas, o se quedan sin data para seguir â??navegandoâ? en internet. â??No ha sido fácil. No todos los padres conseguimos dinero suficiente para recargar el teléfono y que tres niños hagan turnos para usarlo. Tener que ayudarles a los tres en distintos niveles, tampoco es fácil. Mi esposo trata de ayudarme, pero a veces no se sabe los temas, buscamos en internet, pero el dinero que conseguimos no podemos usarlo en recargas, porque tenemos que sustentarnosâ?, manifiesta De la Cruz. No obstante esta realidad, el drama acompañado por el estrés de experimentar situaciones ajenas, no sólo toca a los padres y tutores de los estudiantes. Las quejas se extienden también por docentes que no estaban preparados para dar clases a distancia, sino acostumbrados a la calidez de las aulas y la interacción con sus alumnos. Sandra Jiménez, docente de quinto grado en el Colegio Nuestra Señora del Rosario de El Seibo, dice que impartir docencia de manera virtual, específicamente por WhatsApp, ha sido complejo, ya que no siempre los padres disponen de tiempo para cuando se pautan las reuniones de grupo. Indica que hay padres que aun teniendo las facilidades para asistir, siempre tienen una excusa y nunca van alineados al tiempo de asignaciones, y se retrasan. Sostuvo, además, que ha tratado con padres de edad avanzada que no están muy familiarizados con las redes sociales, lo que crea más dificultad. Sin embargo, cree ha sido fructífero, ya que realizan todos los viernes una hora de socialización y evaluación, intercambiando ideas y documentos que hacen más llevadero el proceso. Otra de las aseveraciones que destaca Jiménez, es la atención que merece cada estudiante, por la particularidad de cada uno en su proceso de aprendizaje. Expone, también, que influye que los padres no tienen mucha paciencia, lo que indispone al alumno. â??Aunque ellos hagan sus actividades, el aprendizaje no se da igual que en el aula. El ritmo de cada uno es distinto, hay niños que necesitan especial atención, y hay padres que no tienen paciencia, y cuando se le dice â??tapaoâ? a un niño, por ejemplo, se indispone y no se da igual la enseñanza. No todos tendrán un aprendizaje significativoâ?, advierte Jiménez. Repensar el modelo [caption id="attachment_50641" align="alignleft" width="359"] Desde los mediados del mes de marzo los centros educativos del país cerraron.[/caption] Aunque el ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, afirmó que tal y como estableció el Consejo Nacional de Educación (CNE) el presente año escolar 2019-2020 tiene previsto concluir el próximo 19 de junio, como está establecido en el calendario educativo, son muchos los temas pendientes y retos que aguardan para un próximo año lectivo. En tanto que el director del Distrito Educativo 12-03, de El Seibo, Casarín Leonardo Febles, explica que esta nueva modalidad virtual impuesta ha significado grandes retos y desafíos, además de una enorme oportunidad para repensar la enseñanza y la apreciación de las herramientas tecnológicas para su implementación. â??Tenemos una lección que aprender. Hay que repensar nuevos modelos educativos y darle utilidad a la tecnología, no sólo con el estudiantado, sino también con el profesorado. Aprovechar lo que nos ofrece para mejorar los conceptos educativosâ?, asevera Febles. Asimismo, exhortó a los padres proporcionar el seguimiento adecuado a los muchachos, para obtener mayores resultados de aprendizaje y poner empeño en su enseñanza, al tiempo que los invitó a que contacten los maestros y centros educativos de sus hijos, para darles soporte y llegar al término de año escolar con resultados prudentes. De acuerdo con el informe â??Digital 2019: Global Internet Use Acceleratesâ?, presentado por las plataformas We Are Social y Hootsuite, para enero de 2019 la República Dominicana contaba con más de 6.9 millones de usuarios de internet, con una penetración del 64% de la población. No obstante, para el tecnólogo Hiddekel Morrison el país se encuentra en un proceso de apropiación tecnológica equivalente al que viven las economías en países en vías de desarrollo. Para Morrison, la tecnología tiene un costo, y debido al mismo no es posible en países donde aún hay grandes proporciones de pobreza, lo que hace que mucha gente no tenga acceso a la tecnología. â??La situación tecnológica depende mucho de las economías de los países, es adquirida y utilizada por los segmentos que tienen el poder adquisitivo para eso y los estratos sociales. Países con grandes proporciones de población en pobreza, están exentos de la tecnologíaâ?, afirma Morrison. Entiende que las ventajas de la educación virtual es que si se diseña un contenido multimedia interesante puede captar mayor entusiasmo de los estudiantes y ser más provechoso respecto al resultado. Sostiene, además, que la clave está en el buen diseño de la plataforma, ya que â??no sólo es dar computadoras y accesosâ?. El experto en tecnología manifiesta, además, que para un país como el nuestro, es un gran reto estudiar en casas, que según Morrison están llenas de precariedades, donde hay hacinamientos y falta de servicios energéticos, y donde no hay condiciones, por lo que dependerá del estrato social de quiénes son los que están en el hogar para recibir la docencia. Recomendaciones Según la psicóloga Keila Álvarez, emocionalmente los niños han tenido que adaptarse a un sistema tedioso para ellos, ya sus cerebros no están acostumbrados a este esquema de estudio. Dijo que esto afecta tanto económicamente como en aspectos de convivencia, creándose conflictos en el hogar, e incluso quedando excluidos de la enseñanza. Por tanto, recomienda a los padres armarse de paciencia y reconocer este proceso de adaptación. Aconseja crear un horario de trabajo, no sólo para cumplirlo, sino para que el cerebro haga hábito, colaborar con los hijos a la hora de buscar información, motivar a la tolerancia y enseñar con amor para que sea más llevadero. Sugiere, también, aprovechar este tiempo para compenetrarse con los hijos, debatir los temas en familia, incluir a los niños en los debates, programarse en niveles diferentes si son varios niños, buscar lugares limpios e iluminados y terminar siempre con una actividad recreativa.]]>

Jeni Polanco
Jeni Polanco
Periodista egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con Diplomado en Periodismo de Investigación. Locutora y conductora de TV.