EL SEIBO. Las corridas o lidias de toros en la provincia El Seibo son una tradición cultural que cada vez cobra más importancia y notoriedad en espacios de marcada relevancia en el país. Desconocidas por unos pocos, rechazadas por otros y veneradas por muchos seguidores de la tauromaquia. Son realizadas hace más de 100 años, solo sorteando el toro al estilo portugués.
Pese a su relevancia cultural para la provincia de El Seibo, quienes se encargan de brindar este atractivo, los toreros, lo hacen de manera desprotegida, pues no cuentan con un seguro médico.
Hace un mes, el Senado aprobó el proyecto de ley que declara las corridas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la República Dominicana. Apoyadas en valientes muchachos que se desprenden de sus actividades cotidianas durante los primeros 10 días del mes mayo, para enfrentarse a un peligro que podría tornarse mortal en cualquier momento, en un sitio en el que pueden dejar sus vidas: el redondel o barrera.
¿SEGURIDAD SOCIAL?
Uno de los planteamientos que provocó debates en redes sociales y medios de comunicación, fue la sugerencia de algunos jóvenes, tras ver que en las últimas corridas algunos toreros fueron heridos mientras sorteaban, por lo que solicitaron un seguro médico para ellos. Luis Graveley, quien tuvo la idea inicial, propuso que tanto los lidiadores como sus familias deberían ser asegurados.
“Les plantee a algunas autoridades la situación. Entiendo, vía el Ministerio de Cultura o Deportes, estos puedan ser nombrados o contratados, y se les pague un sueldo digno y, no es tanto lo del sueldo, sino que los toreros puedan contar con un seguro de salud y optar por una pensión. La finalidad es dignificar la carrera del torero y asegurar la participación de los mismos en cada corrida”, propone Graveley.
Añade que de esa forma el dinero que se obtiene de los patrocinadores, pueda ser útil en otras cosas dentro de las fiestas patronales y elevar más la realización de estas. Explica que la motivación principal para solicitar esto, fue ver cada año a toreros que pudieran salir lesionados y tengan que gastar “los chelitos que se ganaron” yendo al médico. “Se comprometen más y le ponen más pasión a lo que hacen, además de asegurar su futuro. Tenemos toreros vivos, con más de 60 años y no han logrado pensión, porque no hay compromiso directo”, dice.
Hay quienes no comparten esta idea, por entender que solo se ex- ponen 10 días al año. “Solo trabajan unos pocos días al año. ¿Quién ha vis- to eso? Lo propio es darle un buen dinerito esos días, y no crear botellas. Proveerles de herramientas y vestimenta idónea y buscar la forma de ponerlos a estudiar en su área”, señala el ciudadano Carlos Cueto.
LOS TOREROS
Miguel Constanzo, conocido popularmente como “El Bravo”, tiene más de dos décadas como torero. Se ubica en el grupo de los más experimentados en las tardes taurinas de mayo, con su forma particular de giro mientras saca partidas al toro, misma que le ha dado un sello personal entre los siete valientes que actualmente tienen en sus hombros el deber de dar lo mejor de sí en el redondel. Su mayor temor, es una lesión permanente. Pese a sus años toreando, no piensa en el retiro, pues, se siente físicamente bien.
“Ser torero es una gran experiencia. Uno se gana el cariño y el respeto de la gente. Significa mucho para mí, porque es algo que identifica a los seibanos, así como el dulce y el mabí. Me gustó desde niño, jugaba en la calle con los demás amiguitos y claro, los toreros de esa época me inspiraron. Mi temor y la desventaja de esto es que me puede dejar una lesión permanente”, confiesa.
“El Bravo” es padre de tres niños y se ha gana el cariño de la gente doblemente, pues, no solo es torero, sino también animador de radio. Reconoce que, para el trabajo realizado en los días toreando, “el pago no es tan bueno”, además resalta una de las grandes dificultades es la dejadez de las autoridades, los cuales, solo los buscan en tiempos de toros. “Sería bueno nos pusieran una escuela para enseñar, los trajes de nosotros no son adecuados tampoco”.
DE ‘TÍGUERE’ A TORERO
Entre los toreros también hay novatos que, como todos, comenzaron entrando a la barrera como los famosos “tígueres”, arriesgándose a sortear el toro por sí mismos; así es como adquieren la experiencia y ganan valor, para en las próximas corridas estrenarse como torero. Uno de los grandes estrenos el pasado mes, fue el de Félix Guerrero, un joven que se robó el show por su valentía sacando partidas a diestra y siniestra.
“Yo me metía como tíguere al redondel siendo un carajito, y a la gente le gustaba mi intrepidez. Les prometí que algún día sería torero, que ellos lo iban a ver, y este año me motivé. Aunque no fuera rentable el pago, yo lo haría hasta gratis, porque me gusta demasiado y el cariño de la gente lo es todo. El miedo mío es recibir una cornada mortal, siempre oro antes de entrar”, narra.
Guerrero, quien es padre de un bebé de un año, teme no pueda ver su hijo crecer, sin embargo, se prepara para volver el próximo año. Gallero y deportista por pasión, relata que estuvo cerca de 10 años entrando a la barrera como tíguere. No quiere que su hijo siga sus pasos, sino más bien, pueda convertirse en el profesional que él nunca fue. Espera que sus compañeros tengan un seguro médico y un sueldo fijo.
ÚNICAS EN EL CARIBE
“El único lugar del Caribe donde se realizan corridas de toros es en esta provincia”, aclara José Rijo, uno de los narradores principales de la actividad. Señala, asimismo, que estas son el alma de las fiestas patronales y vienen desde la época colonial, no una copia de otros países latinoamericanos como mucha gente piensa.
“La diferencia entre esos países y nuestras corridas, es que aquí se hacen unas lidias libres y naturales, don- de se cansa el toro y no se maltrata. También, se presencia la intrepidez y valentía de jóvenes que penetran a la barrera. El Central Romana aporta corpulentos animales. Antes se hacía en diferentes lugares del pueblo, has- ta establecerse en Las Quinientas. Lo de los toreros es ancestral también, muchos veían a sus padres y tomaron algunas técnicas”, subraya.
Rijo hace la observación de que como forma de mejorar el evento es necesario darles técnicas a los toreros para hacer de la lidia un arte y no estilo natural como ahora, así también, corregir que los tígueres no entren al redondel hasta que los toreros hagan su trabajo.
ORGANIZACIÓN
Este año las corridas resultaron un tanto polémicas. Primero por el cobro para pernoctar en las tarimas, desde donde se ve el espectáculo y, segundo, por las salidas de algunos toros hacia la avenida principal del pueblo, lo que, provocó que uno de los patrocinadores principales y facilitadores de los animales, el Central Romana, dirigiera una carta a la presidenta de la Hermandad de Fervorosos, quienes organizan el evento, Esmeralda Villa.
La empresa advertía que no podían promover actividades que se caracterizan por el desorden y la irresponsabilidad, debido a que recibieron reportes del personal de ganadería y evidencias de la prensa nacional y redes sociales de la falta de control y organización que se produjo durante las corridas de toros este año. El Central Romana definió los hechos como algo totalmente inaceptable que de no tomarse medidas de corrección para años futuros se verán precisados a suspender su participación.
SIN RESPUESTAS
Este semanario intentó comunicarse tanto con la presidenta de la Hermandad de Fervorosos, Esmeralda Villa, como con otros miembros de la institución y, por diferentes razones no accedieron a dar declaraciones.
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Uno de los temas a tratar con los organizadores, es el problema de la Plaza Taurina, la cual, se ha visto envuelta en varios altercados. Una fuente de entero crédito, informó que, la organización prepara un informe para presentarlo a los medios y, hasta tanto, no ofrecerán ningún tipo de información, mientras la edificación tiene cerca de un me paralizada nuevamente.
Al respecto, se recuerda que el mes pasado el ministro de Turismo, David Collado, visitó esta provincia para anunciar que se le daría terminación de manera definitiva, y pidió al ingeniero de la obra realizar una auditoría de la edificación para ir limpiando “los caminos y así tener las cuentas claras”, ya que él no se involucra en nada que no esté transparente. A la fecha, se desconocen los resultados, mientras los contratistas de la obra esperan decisión de Turismo.