EL SEIBO. El Seibo es uno de los pueblos más tranquilos de la región Este. Las opciones de diversión nocturna, no son tan diversas. Este sitio oferta unas pocas alternativas a sus locales que ya son parte de la idiosincrasia del lugar. Estos negocios de diversión representan el sustento de familias y, la superación de un pequeño empresario, que poco a poco se crea un nombre. Estas empresas se han convertido en un pilar importante para la economía seibana. Carros móviles de chimis, pizzerías, churros, comida a la parrilla, restaurantes, cafeterías con servicios únicos por delivery, entre otros, son parte de la cartelera gastronómica y de recreación nocturna de los seibanos. Económicamente sustentan a decenas de familias. En épocas específicas como Navidad y fiestas patronales, generan una importante movilidad económica en la zona.
EMPLEOMANÍA
En algunos de estos negocios hay hasta seis empleados. En otros, la cantidad es entre 12 y 14. Los salarios van desde siete mil hasta los 10 mil pesos en horario tarde-noche, siempre y cuando se trate de un lugar de expendio de bebidas alcohólicas y diversión. En los de comida la situación varía. En uno de los sitios consultados se paga semanal, entre 2,500 a 3,000 pesos. Juan D’cana, como popularmente se le conoce al dueño de uno de los establecimientos más antiguos y de recurrencia asidua por los seibanos, tiene 28 años con su negocio.
Expresa que su empresa hace un gran aporte a la economía local. D’cana dice que la mayoría de sus empleados son seibanos, salvo algunas excepciones. “Trabajamos cien por ciento con la empleomanía de El Seibo, aunque por la crisis económica, no generamos como antes”, sostiene. Carlos García, dueño de un negocio de alimentos, dice que todos los productos que utiliza en su sitio de comida rápida los compra en una surtidora local y el mercado municipal. “De mi negocio dependen varias personas que hacen lo mismo, consumen aquí, compran aquí y sustentan a sus familiares. Fuimos creciendo desde abajo y, aunque a veces se vende mucho, a veces no, pudimos levantar un local”, cuenta.
SU IMPACTO
Para el economista Antonio Ciriaco, los negocios nocturnos que pertenecen al sector servicio y están concentrados en subsectores de comercio, bares, restaurantes y otros, hacen un gran aporte en términos de ingresos tributario. Dice que le aportan al fisco millones de pesos al año. Refiere que sus candidates son sumamente importantes para fines recaudatorios. Ciriaco explicó que este tipo de negocios representan un porciento importante en el producto interno bruto (PIB). “Estas actividades tienen una ponderación importante en la generación de empleos. Cuando hay cierto nivel de actividad económica, se refleja en esta dinámica de estos sectores. El crecimiento económico, generalmente, se siente mucho en estos, y tienen un gran aporte a la generación de empleos y estabilidad social”, dice el economista.
OBSTRUCCIÓN VIAL Y CAOS NOCTURNO
La obstrucción del tránsito fue un tema de debate reciente en esta localidad. De igual manera la suciedad en espacios como el parque central. Ambos males son parte de los aspectos negativos de este tipo de negocios que resaltan a la luz del día. Si bien la mayoría de los establecientes, expendio de alimentos, venta de bebidas alcohólicas y recreación nocturna no soy muy amplios, cuando se abarrotan las personas ocupan las aceras y calles de la avenida Manuela Diez Jiménez.
Allí se ubican la mayoría de ellos y los más importantes, produciéndose un caos nocturno que aterroriza a locales y visitantes. La situación ha calado a los extremos de que, vehículos e incluso ambulancias han debido desviarse y tomar calles alternas de los barrios para movilizarse. En el caso de las ambulancias esto le alarga la distancia y empeora las circunstancias de la emergencia. Este problema ha sido ampliamente criticado. Además de que algún que otro pleito acaba con la fiesta.
Recientemente, una ambulancia que trasladaba a una embarazada, atropelló a tres jóvenes que compartían en la avenida principal frente a un negocio. No resultó en nada que lamentar, y tiempo después se observaban a las ambulancias desviarse o enfrascarse en un tapón en medio de la ciudad. Las personas han tenido que salir en muchas ocasiones despavoridas de estos lugares. Para diciembre y las fiestas patronales se forman escenas típicas que se tornan virales. Representantes de la Alcaldía del municipio Santa Cruz señalan que el problema es prácticamente cultural.
Expresan que a los municipales les gusta tomar y compartir en los sitios expuestos y visibles, entre ellos calles y aceras. Indican que los centros de diversión no previeron el espacio con la cantidad de personas que frecuentarían esos lugares y tampoco disponen de parqueos. Catalogan la situación como “un problema urbanístico grande y de muchos años”. “Nosotros nos hemos reunidos con empresarios y dueños de esos sitios. El Ayuntamiento pudiera determinar algún lugar donde se pudiera establecer una especie de parqueo municipal, pero es difícil en toda la avenida encontrar un local donde se pueda destinar a parqueo”, señalan las autoridades. Dicen también que “es un problema ancestral de ocupar la vía pública y no fácil de resolver. Algo multifactorial. En lo vial hemos dado algunos pasos para descongestionar esos lugares”.
REGULACIÓN Y VIGILANCIA
Vecinos residentes en las cercanías de uno de los sitios más famosos pasan las de ‘Caín’ por los altos decibeles y el desorden que se arma. En ocasiones llagan a hablar directamente con los dueños, para que entrada la medianoche redujeran el volumen. Se intentó consultar al encargado provincial del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Carlos De la Rosa, quien no quiso dar declaraciones. Se le refirió sobre la regulación de la contaminación sónica que producen algunos de estos negocios y los vehículos que se estacionan con bocinas, pero el funcionario no quiso hablar. Mientras, Salud Ambiental de la Provincial de Salud, sostiene que realizan supervisión cada dos semanas para la verificación del estado de los alimentos, donde confrontan, incluso, las paredes y la iluminación donde se colocan los alimentos y si están aptos para el consumo. Indican, las anomalías más frecuentes que encuentran son alimentos en el suelo y la depuración de los mismos cuando están caducados, y los permisos sanitarios.
DESDE LA CASA HACIA UN LOCAL
Carlos García es un joven de 30 años que ha logrado montar un negocio de comida rápida. Empezó vendiendo desde sus casas por encargo o delivery. “Tomando préstamos y haciendo líos” comienza a construir el local desde donde hoy se forja una marca de comida rápida. “Empecé en 2020. Cogí un préstamo al banco para comprar mercancía. Yo tenía un colmado y ahí hacia algo, pero lo quité por los gastos, y me fui a mi casa. Duré unos ocho meses para construir el local. La gente puede venir a sentarse”, narra el joven. La temática ha variado desde el fin del confinamiento y el transcurso de la pandemia de la covid-19. Algunos pusieron su total empeño en su arte culinario, como única forma de sustento de sus familias.
Tras crearse un menú, desde casa o, pequeños locales empezaron a preparar platos rápidos como hot dog, sándwiches, tostones con alitas y otros; con la temática a domicilio. En la avenida principal de la ciudad, la Manuela Diez Jiménez, se concentran la mayor cantidad de establecimientos. De extremo a extremo, en ambas entradas a la ciudad. La propuesta varía desde karaokes en días del fin de semana en restaurantes, hasta los famosos car wash, que ofrecen servicios de lavado con la posibilidad tomarte una cerveza, bailar y compartir mientras esperas tu auto. El público asiduo a estos lugares, normalmente es joven. Las personas de cierta edad también sacan el tiempo de distraerse. Son sitios concurridos, sobre todo, en fines de semana, aunque algunos tienen clientela siete días a la semana