El Seibo. Cuando los ciudadanos del municipio de El Seibo creían haber superado la problemática de la contaminación sónica, especialmente de motores, y presumían de tener uno de los pueblos más seguros del país, su realidad se volcó en contradecirles. Puesto que, el ruido retornó a su día a día y en el momento menos pensado, ocurre un asalto.
Los seibanos demandan de las autoridades retornarles la tranquilidad. Uno de los que externó su preocupación en torno al problema, fue el maestro y comunicador Cesarín Leonardo Febles, quien señaló que a esto se le suma el hecho de que, políticos y precandidatos, estén tirados a las calles en busca del favor del electorado, con actividades que empeoran el asunto.
Leonardo Febles, indicó, asimismo que El Seibo, es una ciudad con riqueza cultural y paisajes cautivadores, lo cual, se encuentra asediada por una problemática que pone en riesgo la salud y el bienestar de su ciudadanía: la contaminación sonora causada por motocicletas. “Hemos sido testigos los últimos días de un preocupante incremento de la delincuencia y la constante alteración del orden público, causada por el estruendo de las motocicletas. Algo debe hacerse”, apuntaló.
Y es que, pocas semanas atrás, a plena luz del día, quedó captado en cámara, cuando desconocidos penetraron a la Heladería Bon, de esa ciudad, cargando con una suma considerable de dinero. Mientras tanto, respecto al problema del ruido, la gobernadora Magalis Tabar, informó que la Policía Nacional, estaría trabajando en disminuir la problemática.
Daños a la salud mental
La situación de ruido ambiental, no solo daña la salud física de quienes están expuestos, sino que provoca estrés y ansiedad en las personas. La especialista en conducta humana, Loly Hernández, refirió que “Nos vuelve irritables, afecta a nuestra concentración y productividad, y disminuye la calidad de nuestro sueño. No a todos nos afecta de la misma manera”, dijo.
En ese orden, expuso que grupo más aquejado son los niños, ancianos y enfermos crónicos, ya que los trastornos del sueño o el estrés afectan más a sus sistemas inmunitarios o cardiovasculares, pues no son tan fuertes.
