LA ROMANA (Limber Ramíre/Especial para El Tiempo). Río Salado, nombre que obedece a la localidad ubicada en las cercanías del afluente que lleva este mismo nombre, es una comunidad con un enorme potencial, pero las dificultades la mantienen escondida entre dos mundos.
Ubicada justo en una desembocadura hacia el mar Caribe, esta comunidad de Río Salado fue bautizada así por sus fundadores. En sus inicios estaba compuesta por familias que se asentaron allí en busca de mejor vida, ya que, en ese entonces, hace más de 70 años, era la zona con mayor crecimiento económico y social por la pesca, la comercialización de diversos productos y por el posicionamiento que desde ese entonces venía desarrollando el Consorcio Azucarero de la Puerto Rico Sugar Company, posteriormente Central Romana.
Hoy día Río Salado es un sector que ha cambiado bastante y posee una serie de problemáticas y necesidades de insalubridad, falta de escuela digna, salud, seguridad entre otras prioridades. Pero su gente sigue apostando a que un día su suerte va a cambiar. Aun la mayoría de los hombres y jóvenes de allí viven de la pesca y de capitanear lanchas, yolas y pequeños barcos, entre otras vías de sustento.
Los moradores de Río Salado, a través del tiempo, se han desarrollado bajo precarias condiciones, en ausencias de sus necesidades básicas provistas por sus propios esfuerzos. Paradójicamente sus vecinos más cercanos del sector Buena Vista Norte, a los solo los divide un río, no tienen ninguna preocupación en su diario vivir, ya que todas sus necesidades básicas están resueltas, es por esta razón que un río divide dos mundos.
LA COMUNIDAD EXIGE
Dioris Jesús Montas, de 53 años y presidente de la junta de vecinos, lleva toda la vida residiendo y luchando por mejores condiciones para su comunidad. Ha presidido y presenciado cientos de reuniones con todas las autoridades y personas del ámbito empresarial, que en algún momento prometieron traer soluciones a sus necesidades, pero que lamentablemente todas se han quedado en promesas incumplidas.
“El barrio tiene muchas necesidades, pero las más prioritarias son las cañadas. Cuando llueve traen toda esa basura y se acumula en el río. La escuela hay que moverla de ahí, reconstruirnos el manantial y brindar más ayuda a los jóvenes. Queremos que las autoridades nos ayuden por aquí”, señaló Montas.
El dirigente precisó que los jóvenes “para sobrevivir tienen que hacer lo que sea, es decir lo que aparezca, por lo regular viven de cargar arena, cemento, block y cualquier material para la construcción de viviendas, porque como ves esto es barrancones y callejones y todo hay que bajarlo a mano”.
Ramón Ramírez (El Pinto), expresidente de la asociación de pescadores de esa localidad, pregona que Río Salado es una fábrica de capitanes y marinos, pero que necesitan que la clase política le den la mano a su comunidad. Ramírez enumera varias necesidades esenciales, primero la construcción inmediata del puente sobre el balneario El Manantial, segundo la construcción de una nueva escuela, tercero el reacondicionamiento de las 9 cañadas que desembocan en el río, y la construcción de sépticos para el depósito de los residuos de los baños y aguas negras, y así no seguir contaminando el río.
“Mira las autoridades vienen a veces y algunas personas especialmente en tiempo de política. Si nos han propuesto muchas cosas, pero eso no se concretiza. Necesitamos más apoyo para los que vivimos de la pesca. Este es un sector de pescadores, queremos que Medio Ambiente sea más flexible y las autoridades nos resuelvan”, precisó Ramírez.
PRECARIEDAD DE LAS ESCUELAS
Anastasia Santana Santana, directora de la Escuela Básica Río Salado, externó que este centro presenta como necesidad primordial la colocación de una calzada en el patio para que los niños se puedan recrear, porque, aunque no llueva se inunda a causa de que el patio colinda con el río. La construcción de una terraza, en el techo de la escuela, para la recreación de los niños y las reuniones con los padres. Además, la eliminación de una de las cañadas que pasa justo al lado del plantel, porque la gran cantidad de basura y el mal olor que emana no les permite, en muchas ocasiones, concentrarse en sus labores docentes a la vez que esto afecta a la salud física y mental de los niños.
Agregó que la conexión de internet en el lugar es muy mala, lo que dificulta la enseñanza en esta era digital. Propone junto a la Asociación de Padres y Amigos de la escuela que el Distrito Educativo 05-03 compre los terrenos necesarios en las proximidades de la comunidad para la construcción de una nueva escuela, amplia, con más cursos y con toda la comodidad que los niños de ese sector merecen.
Betania Castillo, encargada de la Escuela Comunitaria Emmanuel, solicita al Ayuntamiento que le eliminen en el vertedero que está frente a la escuela, porque la basura que allí se deposita le afecta a ella y a los niños. En ese mismo orden el comunitario Mario Julio Rodríguez, reclama a la compañía de electricidad que sustituya un poste de energía eléctrica que tiene varios días encima de varias viviendas, para que el cableado de alta tensión no produzca una tragedia.
UN GRAN POTENCIAL
Pese a sus precariedades, Río Salado tiene potencial. Lorena Hernández Valencia, directora de Proactiva y ejecutiva del Consejo Desarrollo Provincial de La Romana, plantea una serie de soluciones basadas en estudios a cargo de profesionales y técnicos medioambientales y de la construcción, que arrojan cifras y porcentajes alarmantes de contaminación, que trascienden la zona de Río Salado y llegan hasta las costas de Isla Catalina.
Hernández al junto del equipo de investigación proponen la concientización y educación de la comunidad, la instalación de una malla con tecnología de ondas en la desembocadura del río para que los objetos de basura, en especial los desechos de plástico, no continúen contaminando el medioambiente, y la construcción de estructuras sépticas que almacenen las aguas residuales y luego procesarla en una planta de tratamiento.
“Nosotros estamos desperdiciando una zona ecoturística que se puede desarrollar con la construcción de un más ayuda a los jóvenes. Queremos que las autoridades nos ayuden por aquí”, señaló Montas.
El dirigente precisó que los jóvenes “para sobrevivir tienen que hacer lo que sea, es decir lo que aparezca, por lo regular viven de cargar arena, cemento, block y cualquier material para la construcción de viviendas, porque como ves esto es barrancones y callejones y todo hay que bajarlo a mano”.
Ramón Ramírez (El Pinto), expresidente de la asociación de pescadores de esa localidad, pregona que Río Salado es una fábrica de capitanes y marinos, pero que necesitan que la clase política le den la mano a su comunidad.