VERON. Reformar la Policía Nacional como cuerpo del orden que enfrenta una desarticulación desde hace décadas, es el rol neurálgico del nuevo jefe de la Policía, el general Eduardo Alberto Then, quien había sido puesto en retiro, pero que hoy intenta tomar las riendas de una institución casi hecha añicos con una llamada reforma policial bajo el brazo.
Los escándalos en los que se han visto envueltos oficiales de la institución guardan relación con homicidios, sicariato y narcotráfico. Estos, desbordaron los límites de la población y acrecentaron la urgencia de transformar la Policía desde todos sus ángulos, asunto que se le ha escapado de las manos tanto a gobiernos como ministros de Interior y Policía y a los propios jefes y directores.
La tarea es difícil, sobre todo, cuando el ciudadano ha perdido la confianza y el respeto al cuerpo policial. No obstante, Then ha dicho que “no le voy a dar oportunidades al que esté violando la ley”, mientras crece la inseguridad ciudadana, el cual es la principal preocupación de la ciudadanía dominicana.
En este sentido, los últimos meses, diversas provincias del país, han sido focos de actos delincuenciales. En la ciudad capital, Hato Mayor y otros puntos del territorio nacional han sido testigos recientes de los mismos. Uno de los que generó alarma general, fue el ocurrido en El Seibo, una de las provincias más tranquilas, donde un motorista en plena luz del día, le arrebató una cartera a una señora.
Poco antes, en Hato Mayor del Rey, dos sujetos a bordo de una motocicleta AX-100 asaltaron a dos maestras que acababan de terminar su tanda nocturna de trabajo en la escuela Benito González, ubicada en la Avenida España del sector La Colonia del municipio agrícola de El Valle, en esa demarcación, y en el Distrito Nacional, por ejemplo, se informó de una ola de atracos cometidos por una banda que se moviliza en múltiples motocicletas.
Asimismo, a la inseguridad ciudadana se le agregan los patrullajes policiales que van de la mano con la primera y que son demandados en todos los rincones del país, una situación que empeora con el mal estado en que están muchos de los cuarteles y destacamentos del país, sin contar que en los mismos no hay suficientes agentes policiales para realizar el trabajo de patrullaje pertinente.
La ansiada reforma policial que ningún gobierno ha podido desarrollar, llega cargada de medidas que anunció el presidente Luis Abinader, como auditorías, evaluación de cada uno de sus miembros y la adquisición de equipos para supervisar el trabajo que realizan en las calles; son bien recibidas por distintas personalidades como el exjefe de la Policía, Bernardo Santana Páez, quien las calificó como positivas y “necesarias”.
El trabajo del general Then será arduo y difícil, deberá inmovilizar el rebrote de la delincuencia y la criminalidad, mover fichas que sean atinadas y contemplar resolver la violencia irracional con la que se están manejando agentes policiales, asumiendo un cargo vía una destitución en medio de un avispero nacional por el descontento de la población que exige “tolerancia cero”.