FRANCIA. Con gritos de “¡Libertad, libertad!” y entre banderas tricolores, Pascal avanzaba junto a varios miles de personas reunidas la tarde del sábado en una de las manifestaciones convocadas en París, al igual que en toda Francia, para protestar una vez más contra las medidas del Gobierno para incitar a la vacunación contra el coronavirus.
Su ira se dirige sobre todo a la imposición, a partir de la semana que viene, de un certificado sanitario para viajar y acudir a locales y eventos públicos, como ya se exige para entrar en cines o teatros.
“Es una primera etapa hacia más restricciones a la libertad, mañana estaremos como en China (…) la limitación de libertades no es aceptable”, afirmaba este ingeniero parisino de 51 años que, aunque no se define como antivacunas, no tiene intención de vacunarse contra el coronavirus y que tampoco portaba mascarilla, como la mayor parte de los manifestantes.
Según un estudio oficial, el 85% de los hospitalizados en Francia por covid-19 no están vacunados. El Gobierno quiere imponer el certificado sanitario a partir del 9 de agosto.
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