Punta Cana.- Mientras muchos países vacunan miles de personas y otros ya inician la campaña de vacunación masiva con adultos mayores, una gran parte de la población mundial continua escéptica ante la única alternativa científica que tiene el mundo para frenar la pandemia de la covid-19 a un año de que el virus se propagó y, desde entonces han salidos nuevas cepas y nuevos brotes.
Pero ¿cuál el grado de efectividad y por qué tantos rehúsan vacunarse?
En la ciudad de Trelew, en la Patagonia argentina, la prensa local informó que hubo que desechar 140 dosis de la vacuna rusa Sputnik-V porque se había roto la cadena de frío en su conservación, por ejemplo.
Si hablamos sobre la conversión de las vacunas y por qué muchas de ellas paran en la basura, la fabricada por Pfizer, por ejemplo, debe conservarse a temperaturas muy bajas y, una vez descongelada, ha de usarse antes de 5 días, y la Sputnik-V se comercializa en ampollas de cinco dosis, por lo que, si se quiere evitar malgastar ninguna, debe haber un número igual de pacientes listos para recibir el pinchazo.
La última cifra conocida fue el 92% de eficacia en un artículo publicado en la revista científica The Lancet atribuye a la vacuna rusa Sputnik-V, que se suma al 95% reportado por la desarrollada por Pfizer-BioNtech, el 94,1% de la de Moderna y el 70% de la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
Son datos alentadores para un virus que ya cobró cerca de más de dos millones de muertes en el mundo, y el colapso de sistemas sanitaros mundiales. Según cifras, más de 103 millones de personas han sido ya vacunadas en todo el mundo, siendo los grandes triunfadores de la hazaña los países desarrollados.
Expertos aseguran que lo importante es vacunarse porque eso reducirá mucho el riesgo de tener una enfermedad grave o morir, y nos ayudará a empezar a controlar este virus».
Los primeros indicios apuntan a que la alta efectividad de las vacunas contribuye significativamente a la reducción de los contagios. Para el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), «la eficacia y la efectividad de una vacuna miden la reducción proporcional de casos entre las personas vacunadas».
En el ensayo de la vacuna desarrollada por Pfizer-BioNtech, se registraron 8 casos entre las 22.000 personas a las que se administró la vacuna. Entre los otros 22.000 voluntarios que recibieron el placebo, el número de contagiados escaló hasta 162.
Los que sí y los que no
Pero sigue habiendo dudas, la pregunta de si te aplicarías la vacuna o no, continúa estando presente en muchos grupos sociales alrededor del mundo. Numerosos confían en la ciencia, pero muestran dudas respecto a los plazos y, sobre todo, temor a las reacciones adversas.
En España, el porcentaje de la población que no se vacunaría inmediatamente (43,8%) supera al que sí lo haría (40,2%), si bien la volatilidad de la respuesta se aprecia los resultados de septiembre, donde los porcentajes estaban invertidos: un 44% favorable frente a un 40,3% que no.
La cantidad de población dispuesta a ser inoculada en algunos países es menor a la mitad. En Japón es del 60 por ciento y en Francia del 40 por ciento, según un estudio de Ipsos realizado en diciembre para el Foro Económico Mundial. Rusia y Sudáfrica también tienen una cifra baja.
En contraste, en China el 80 por ciento sí se quiere vacunar, en Reino Unido el 77 por ciento, en Corea del sur el 75 por ciento y en Estados Unidos el 69 por ciento.
Los expertos atribuyen las reticencias y oposiciones a la vacuna a demandas judiciales, informaciones erróneas de algunos medios y a un gobierno tímido.