VERÓN. De acuerdo con informes de la revista médica “Oncocir”, la miomatosis uterina es un padecimiento caracterizado por la aparición de un tipo de fibromas uterinos, que se considera que son los tumores más comunes en mujeres en edad fértil.
No obstante, no se sabe a ciencia cierta cuál es su incidencia real, ya que múltiples mujeres padecen esta enfermedad sin apenas síntomas o con síntomas que no suelen reportar a su ginecóloga porque los consideran factores comunes de su ciclo menstrual.
En un Congreso Europeo de Endoscopia Ginecológica, en 2015, la farmacéutica Gedeon Richter informaba que, según un estudio realizado por Kantar Millward Brown, el 40% de las mujeres de entre 35 y 55 años tenían miomas uterinos.
La gran mayoría de los fibromas uterinos no son peligrosos, pero en determinados casos sí pueden surgir algunos problemas relacionados como anemia, infertilidad y problemas en el embarazo: algunos fibromas aumentan el riesgo de que se produzca desprendimiento de la placenta, de restricción del crecimiento fetal y de paro prematuro.
Aunque en algunos casos se recurre a la cirugía para extirpar los miomas, la mayoría de los tratamientos suelen estar enfocados en paliar los síntomas. Por eso, en cada paciente, la enfermedad será abordada de manera distinta.
La principal recomendación es el seguimiento periódico del comportamiento del mioma, que generalmente se hace por ecografía. También, algunos métodos a los que suelen recurrir los ginecólogos como dispositivos uterinos para segregar progestágenos, unas hormonas que contribuyen a reducir el sangrado cuando este es abundante.
Asimismo, suplementos de hierro, cuando los miomas causan anemia, moduladores selectivos para bloquear a algunos receptores de progesterona, en el mioma. Esta medicación debe ser pautada en casos específicos, por un especialista.