EL SEIBO. A pesar de que han transcurrido varios meses desde que los centros educativos del país abrieron sus puertas a la modalidad presencial, las denuncias por el mal estado de distintos centros en la región Este no se ha hecho esperar, mientras las fotografías de escuelas cerradas en franco deterioro siguen ocupando espacios en los medios de comunicación.
En ese tenor, la Escuela Básica Alemán, ubicada en la comunidad de Mata de Palma en El Seibo, a 13 años de construcción, no escapa a esta realidad. El abandono al que está sometida esta escuela desde que cerró por la pandemia, impide que unos 150 alumnos tomen docencia en este lugar, y deban trasladarse a otros lugares. La escuela comenzó a deteriorarse hace cerca de tres años.
Este centro tampoco cumple con servicios básicos como el agua y otros elementos fundamentales que permitan la estancia de alumnos y profesores. “La situación de la escuela es que el techo se está desprendiendo, producto de un mal trabajo. Los ingenieros que la construyeron le vaciaron el plato encima del techo de aluzinc y ahora está podrido. Los pedazos caen al piso y es un peligro”, aseguró José Paulino, líder comunitario.
Especificó que la demanda de la comunidad es que se repare lo más pronto posible, puesto que los alumnos tuvieron que ser reubicados y trasladados a sitios distantes. Paulino señaló esto se hace aún peor por las condiciones de los caminos. “Toman clases una parte en el centro comunal, otra en una iglesia y los demás en una escuela que estaba cerrada”, dijo.
Julia Mena, madre de uno de los estudiantes que van a esta escuela, afirmó que el mayor temor que tienen los padres es que se caigan los techos, situación que también ha sido expuesta por los maestros, quienes deben pasarse hasta ocho horas sin hacer sus necesidades, porque los baños están tapados. Agrega que en reiteradas ocasiones autoridades han asistido al lugar, pero todo se queda en promesas.
“Queremos que vengan a resolvernos el problema de esa escuela y, a casi dos meses de abrirse las clases no han venido. Solo hacen promesas. Las butacas tienen casi tres años todas rotas. Nos negamos a enviar a los niños ahí, y ahora están recibiendo clases cerca de la calle que es otro peligro, y si protestamos, vienen y nos detienen”, manifestó Paulino. En tanto, el docente Bolívar Sosa, quien es nativo de esta localidad, sostuvo que esta es una de las tantas escuelas que territorialmente pertenecen a El Seibo, pero que son gestionadas por Hato Mayor, lo cual es una desventaja para la misma. “Fue licitada en el Gobierno anterior y adjudicada a una firma de ingenieros para su reconstrucción, pero la burocracia del Estado se tragó esa posibilidad, lo que ha ido en detrimento de la comunidad”, apuntó Sosa.
