MICHES. Desde el huracán María en 2017, el deterioro de la carretera El Seibo-Miches ha sido progresivo. Esta obra se construyó como parte del circuito vial de la región Este del país, y vino a resolver un problema para esa provincia, por la peligrosidad de la misma tuvo un costo de RD$694 millones.
Tras el paso, la semana pasada, del huracán Fiona la situación de esa vía empeoró. Pues llegó a estar cerrada por completo debido a deslizamientos de tierra y a arboles que cayeron. Según las autoridades seibanas, ya está de nuevo habilitada.
Esta vía es de 40 kilómetros, con un ancho de 8.5 metros promedio de superficie y con capa de rodadura de 2 a 3 pulgadas. Tiene vistas que resaltan el relieve y la vegetación de sus alrededores en paisajes exuberantes para mostrar a quienes se desplacen por la misma. Pero está destruyéndose poco a poco.
A la fecha, la vía tiene varios tramos de capa asfáltica rota, quedando un lado de la carretera en tierra. En otros, sobre todo cuando se está llegando al pueblo de Miches, la capa superficial presenta desfiguraciones, esto sin contar con la cantidad de hoyos que sorprenden en todo el camino.
La carretera completa presenta deterioro. Pone en peligro a quienes transiten por allí, debido al mal estado en que está, a raíz los daños en el pavimento. Además, el vehículo que intente rebasar o dejar la vía que le corresponde por tomar la otra, para evitar caer en uno de los profundos hoyos, le podría asegurar un accidente automovilístico.
La ruta tiene una característica primordial y son las cantidades de curvas que posee, lo cual, requiere más cuidado de lo normal. Ingenieros consultados expresaron que, desde el punto de vista técnico, esa carretera no cumplió con los requerimientos necesarios en su base porque sus suelos son inestables por la humedad de la zona. Comunitarios demandaron su reparación.
“Esta carretera va a tener cinco años yéndose a pique. Es la vía donde tenemos contacto comercial, de salud y otros tipos con la ciudad cabecera de El Seibo, donde se movilizan ambulancias, guaguas de transporte y donde ellos vienen frecuentemente a hacer pasadías los fines de semana”, exteriorizó Ana Cotes, residente en Miches.
