La proliferación de casos preocupa Colegio Médico Dominicano (CMD), filial La Altagracia, que advierte a la población a no aceptar, ni tocar ningún tipo de papel que les muestren en las calles, sin importar que sea un tratado bíblico, ya que en el fondo puede estar infectado con un agente químico y caer presa de la delincuencia.
HIGÜEY. Las modalidades que emplean los criminales para cometer sus fechorías parecería que surgen de una fábrica, desde donde cada día obtiene nuevas formas para atacar a sus víctimas.
En la actualidad las cinco provincias del Este están siendo azotadas por una o varias bandas de desaprensivos que usan un agente químico para dormir a sus víctimas y quitarle sus bienes.
El caso más dramático es el de una empleada privada, a la que llamaremos “Diana” para proteger su identidad real, ya que estuvo por más de 48 horas en manos de un desconocido, sin saber de sus actos. La empleada privada fue secuestrada entre el 26 y el 27 de febrero del frente a un establecimiento comercial en el Distrito Municipal de La Otra Banda, cuando a eso de las 10:00 de la mañana esperaba un taxi para llegar hasta Higüey y viajar a San Pedro de Macorís.
Según relató a El Tiempo, una persona cercana “Diana”, su amiga fue abordada por un hombre, quien le pasó RD$ 600.00 y le dijo “tú tienes el demonio del cólera y esto te lo va a quitar” y que a partir de ese momento, no supo más de ella.
En la actualidad “Diana” se encuentra bajo tratamiento médico, debido a la crisis de nervios que padece, tras conocer todo lo que hizo de manera inconsciente y sin saber de sí.
“Tuvo que ser internada en el Centro Médico Punta Cana y luego su familia la llevó a la Plaza de la Salud, en Santo Domingo”, dijo.
Expresó que la crisis en la que se encuentra Diana, es debido a que durante dos días entregó a la persona que la abordó y durmió RD$ 38,000.00.
La joven, graduada de licenciatura en Administración de Empresas, de la Universidad Central del Este, en San Pedro de Macorís, entregó a su verdugo RD$18,000.00 que tenía debajo de su cama, donde luego sólo encontró periódicos viejos; posteriormente sacó de un cajero RD$ 8,000.00 del sueldo que había cobrado y ya en Macorís, donde no sabe cómo llegó, tomó prestado RD$ 12,000.00 y también se los dio.
Otro Caso
Otra víctima de la banda de hipnotizadores es Víctor Melo, un empleado privado que el sábado 22 de febrero cayó en las garras de los criminales, cuando iba a comer a una importante plaza comercial de Higüey.
Cuenta que ya casi entrando al comercio, una persona se le acercó y le preguntó una dirección mostrándole un papel. En ese instante llegó otro hombre y le hizo la misma interrogante, pero cuando procedió a abrir el escrito sintió un fuerte olor, el que le pareció amoníaco y comenzó a perder el conocimiento “Era como un inconsciente-consciente y ellos empezaron a controlarme.
Comenzaron a hacerme preguntas y para donde quiera que ellos querían, me llevaban”, reveló.
Sostuvo que lo trasladaron a una esquina del centro comercial, pero que por la cantidad de personas que había, no pudieron quitarle el dinero, pero que lo sacaron fuera del negocio, en donde sí le sustrajeron el dinero y su celular.
“Luego me llevaron de nuevo al centro comercial y me dicen “no mire para atrás para que tu bendición no se vaya, ve al baño y lávate las manos y todo va estar bien. Cuando me lavé las manos, lo que tengo es una piedra y un bollo de papel”, relató.
La historia que cuenta Víctor Melo no es que la recuerda, sino que la vió en las cámaras de seguridad de la plaza comercial de Higüey, minutos después el hecho.
“Yo recuerdo cuando me abordaron y cuando estoy en el baño, las demás partes es porque las vi en el video”, sostuvo.
Describió a sus victimarios como un hombre de piel oscura, de unos 37 años de edad, aproximadamente, el que por su forma de hablar presume es haitiano y su acompañante, un dominicano de piel blanca, de no más de 25 años.
Los desaprensivos lograron despojarlo de RD$4,000.00 que había sacado hacía poco tiempo de un cajero, unos 65 dólares y su celular Blackberry. Herman Pillier, presidente del Colegio Médico Dominicano filial La Altagracia.
La Policía
Víctor Melo comenta que cuando acudió a la policía a poner la denuncia, allí le dijeron que los delincuentes utilizan una sustancia que produce alucinamiento, aunque otros le han dicho que ese control sobre las personas lo logran con oraciones o magia negra.
Reveló que los agentes le contaron que el mismo día que lo asaltaron, recibieron la denuncia por parte de otra persona a quien habían atacado en el parqueo de un supermercado, a quien habían despojado de mil 500 pesos, así como otra víctima a la que le lograron llevar unos RD$120 mil, bajo la misma técnica delictiva.
Preocupación en el CMD
La cantidad de casos de personas que han sido “dormidas” y robadas, ha generado preocupación en el Colegio Médico Dominicano filial La Altagracia. El presiente local del CMD, Herman Pillier, explicó que se ha denunciado que los atracadores utilizan un aceite que extraen de los huesos de cadáveres, el que ligan con otros químicos, produciendo en el que lo absorbe una especie de ‘sonambulismo”.
El galeno llamó a las personas a no aceptar, ni tocar ningún tipo de papel que les muestren en las calles, sin importar que sea un tratado bíblico, ya que en el fondo puede estar infectado con un agente químico y caer presa de la delincuencia.
Más casos en el Este
Según relata el periodista Francis Aníbal, de San Pedro de Macorís, en su blog www.Macorisdelmar .com, una joven mujer entregó RD$20 mil luego de ser seducida en un supermercado de esa ciudad en donde se encontraba.
Según narra el periodista, la víctima estaba dentro de la tienda con una amiga y un hombre de color blanco se le acercó y les dijo que si querían ganar dinero, a lo que ellas respondieron que sí.
Explicó que luego de preguntarles que si querían ganar dinero las condujo hasta los frentes de la Catedral San Pedro Apóstol y luego hasta el malecón, donde les dijo que lanzaran dos piedras al mar y les preguntó que si tenían dinero.
Agregó que luego de ahí, una de las jóvenes fue a su vivienda donde buscó el dinero y se lo entregó, aparentemente sin pensar lo que hacía.
Según el referido, fue un día después cuando la joven, cuyo nombre no reveló, notó la ausencia del dinero, encontrando papel de periódico donde estaban las papeletas.