ERNESTO RIVERA (DUKE)
Estaba la tiranía trujillista en sus meses finales. El Jefe en su última visita a Higüey anunció con su voz aflautada: “Higüey merece y debe ser provincia”.
Este anuncio fue hecho delante del altar de la Virgen y el pueblo emocionado rompió en aplausos y vítores dentro y fuera del templo.
Pero llegó el mes de mayo y con él la decapitación de la tiranía; y todavía la provincia no había sido proclamada. A la muerte de Trujillo, Balaguer continuó en la presidencia por un corto tiempo y tuvo que marcharse al exilio. El Consejo de Estado que le sustituyó presidido por Rafael Filiberto Bonelly en ningún momento pensó y hasta se oponía a la creación de la nueva provincia. Así que el pueblo de Higüey se lanzó a las calles a protestar y a exigir al Consejo de Estado la proclamación de su provincia.
Fue larga y penosa la lucha. Hubo una huelga general y el pueblo enarboló como lema: “Higüey, territorio libre. Nada ni nadie entra ni sale hasta que no logremos nuestro objetivo”.
Hay un ensayo publicado por Antonio Cedeño Cedano, en el periódico El Sol donde relata lo que aconteció durante la lucha huelgaria. Este ensayo se publicó con el título “Higüey y el 20 Aniversario de la Provincia Altagracia”. En uno de sus párrafos Cedeño narra la sorpresa que se llevaron los miembros de una comisión designada, compuesta entre otros munícipes por Tomás Arévalo Cedeño y Leopoldo Núñez Levy al enterarse que el Consejo de Estado no tenía en proyecto la creación de la nueva Provincia. Había que tomar una resolución y allí mismo la tomaron: Huelga general indefinida hasta que sea logrado nuestro propósito.
El propósito fue logrado al fin, pero la ley no entró en vigencia el 16 de agosto del 1962 como se tenía previsto sino que se pospuso para el 27 de febrero del 1963, con el ascenso al poder del profesor Juan Bosch como Presidente de la República.
En otro párrafo de su ensayo, dice Cedeño que el pueblo no celebró la creación de la provincia porque los trujillistas seguían en el poder, a pesar de la lucha sostenida desde el 30 de mayo del 1961 al 65. Qué ironía, dice Cedeño. El primer gobernador de la provincia Altagracia fue Amable A. Botello, último gobernador de Trujillo.
Varios Gobernadores ha tenido la Provincia después de Botello: Andrés Rodríguez, Leopoldina Pion de Gómez, Celio María Rivera, Domingo Tavárez Areché, Esther Caraballo, Tatica Caraballo de M., Teodoro Fernando Cedeño, Antonio Cedeño Cedano, Héctor Ogando, Domingo Rodríguez Aristy, Miguel Adolfo Valdez, Manuel Pichardo de Aza, Miriam Rosa viuda Valdez, Ramón Güilamo Alfonso, Rojas Morillo, Héctor Baltasar y Luis Rafael Cedeño.