sábado, mayo 4, 2024
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Las calles: Antonio de Aza

Ernesto Rivera

ERNESTO RIVERA (DUKE)

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Esta calle honra con su nombre a un valeroso hombre higüeyano tanto de las Campañas Independentistas como de las de la Restauración.

Antonio de Aza nació en Higüey. Fue parte de la denodada oficialidad que corrió al sur e hizo allí las Campañas Libertadoras de la Independencia desarrollada en el curso de doce años. En la Restauración estuvo también en actividad como uno de los patriotas de la comarca oriental.

Restablecida la nacionalidad era jefe de una guardia destacada en la desembocadura del río Yuma durante la administración de José María Cabral, en 1866 cuando arribó a la bahía una expedición revolucionaria contra el gobierno, encabezada por Tomás Botello y Mariano Lluberes.

Antonio se unió a los expedicionarios, pero a poco fueron apresados los cabecillas y terminó la rebelión.

El ex jefe de Yuma se refugió en los montes, pero viéndose perseguido y sin posibilidad de escape se presentó voluntariamente al general Santiago Silvestre.

No obstante, fue remitido a la ciudad de Santo Domingo en donde fue juzgado y condenado por un Consejo de Guerra a la última pena. La condena le fue conmutada por reclusión perpetua en el punto fronterizo de Las Matas de Farfán, con el propósito de alejarlo para siempre de su región, pero conscientes de que no había seguridad de encierro en aquel lugar, se le retuvo en un cubo de la Torre del Homenaje, en Santo Domingo.

De allí pudo escaparse junto a Manuel Rodríguez (El Chivo), en abril del 1867 y no pudo ser reapresado.

A los nueve meses volvió al poder el Partido Baecista y fueron anuladas todas las condenas hechas por Consejos de Guerra de los Azules y pendientes de ejecución.

Antonio pensó más cuerdamente que su comandante Botello y retirándose definitivamente de la política se acogió a la vida sosegada de agricultor en Sanate, donde falleció en 1879.

“Era jefe de una guardia destacada en la desembocadura del río Yuma durante la administración de José María Cabral, en 1866 cuando arribó a la bahía una expedición revolucionaria contra el gobierno”.

La calle que lleva su nombre, aunque muy antigua y localizada en el centro de la ciudad recorre un pequeño trecho de apenas dos cuadras situada entre la Florencio Soler, por el norte y la Santomé por el sur. En su corto trayecto sólo es atravesada por la prolongación de la Pedro Livio Cedeño.