jueves, mayo 2, 2024
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Ramón Ricardo Sánchez de la Rosa “Mi mayor satisfacción es haber servido y salvado muchas vidas”

Romayra Morla, rmorla@editorabavaro.com


HIGÜEY. El doctor Sánchez está catalogado como uno de los mejores cirujanos del país. Es un hombre práctico y muy humano, que ama y disfruta servir a los demás. Hay quienes lo definen como alguien que “lo pone todo fácil”.

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Dr. Ramón Ricardo Sánchez de la Rosa.

Nació en La Enea, un campo de la provincia La Altagracia, el 7 de febrero del 1950. Es el octavo de nueve hijos que procrearon los señores Ramón Sánchez y Bernardina de la Rosa, quien sobrevive con 104 años de edad. Realizó sus estudios primarios en la escuela piloto del Bejucalito. Luego, inicia el sexto curso en el Colegio de La Salle, y allí concluye el bachillerato en Matemáticas, en el 1969. Dice que desde esa época soñaba con ser médico. En conversación con El Tiempo, este experimentado médico habló en detalles de la historia de su vida personal y profesional. “Entramos a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en una época muy intensa que se hizo muy famosa. En esa era se estaba luchando por medio millón para la UASD, durante la época del doctor Joaquín Balaguer”, recuerda.

Y continúa sus remembranzas. “Ahí tuve la oportunidad de enrolarme con jóvenes revolucionarios, cabezas calientes como yo, que pensábamos que tenía que haber un cambio, porque las riquezas estaban mal distribuidas, como siempre lo han estado en este país”, critica. Explica que su pasantía de médico la realizó junto al doctor Montolío López, en el Hospital Nuestra Señora de la Altagracia, que en ese entonces era el único cirujano que había, y al poco tiempo ya estaba haciendo cirugías como apéndice, cesáreas y emergencias. Recuerda que veces se ponían las cosas difíciles en el hospital y tenían que operar.

“Las situaciones y las cosas que le pasaban a la gente, fueron cosas que me marcaron a mí, porque tuve que tomar decisiones a destiempo. Era un joven con veinte y tantos años, recién graduado para ese entonces y sin experiencia. Mi primera cirugía fue una cesárea; a mi lado, había una monja, y le dije que lo que ella tenía que hacer era rezar mientras yo esté operando esta muchacha, yo no voy a dejar que se muera”, comenta, evocando sus primeros años de ejercicio como profesional de la medicina.

Realizó su especialidad en cirugía en el Hospital Luis Eduardo Aybar, y en el 1979 inició la residencia en cirugía en ese mismo hospital. Resalta que la situación en los hospitales de esa época eran muy difíciles, aunque observa que actualmente siguen en un estado crítico, sobre todo los centros hospitales públicos, que dice se están cayendo a pedazos. “Hay hospitales de carácter privado que funcionan como clínica, pero los pobres, los indigentes, que no tienen dinero, no pueden ir a una clínica; obligatoriamente tienen que acudir a los hospitales públicos”, cuestiona el doctor Sánchez.

En el hospital Luis Eduardo Aybar permaneció cuatro años, haciendo la especialidad. Viajó a Puerto Rico a perfeccionarse en las técnicas quirúrgicas y luego regresa al país y termina este ciclo, en el año 1983. Su marcada preocupación por las atenciones médicas lo obligó a retomar el tema de la salud pública. “Los hospitales de aquí son centros que dan la batalla, pero no los han remodelado ni atendido para que puedan responder a los problemas de salud de un pueblo. Esa es la gran realidad de nuestro caso”, expresa, con un dejo de frustración.

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El doctor Sánchez en labor profesional.

Matrimonio

En el 1980, el doctor Sánchez contrae nupcias con la ingeniera Berángel Cedeño, a quien califica como una mujer tranquila, de su casa, que siempre le ha seguido muy de cerca en el transcurso de la formación de los hijos, de la familia y su carrera.  Y no pierde tiempo para hablar de su mayor orgullo. “Tengo cuatro hijos profesionales: Raudy Alberto, es ingeniero; José Ricardo, administrador de empresas; José Ramón, cirujano; y Josefina Sánchez, odontóloga”, refiere. Antes de decidir irse a La Romana, recibió varias ofertas de trabajo en hospitales y clínicas, incluso ser director del hospital de Puerto Plata y en clínicas, pero no aceptó.

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El doctor Sánchez junto a parte de su familia.

Durante dos años dirigió el Hospital de La Romana. En 1986 viajaba a Higüey a resolver muchos problemas de cirugía. Cuando el senador Amable Aristy ganó las elecciones, se presentó la necesidad de buscar a alguien para que practicara las cirugías y así decidió volver a esta ciudad. Pero primero tuvo que convencer a su esposa e hijos de regresar a su pueblo natal. “En esa época, operaba todos los días; era lo que me gustaba y es lo que me sigue gustando. Operaba en el día los casos selectivos y de noche las emergencias. A veces, tenía que amanecer en el hospital dos y tres veces a la semana, sin problemas”, describe.

La política

El doctor Sánchez cuenta que inicia su carrera política en el 1990, cuando Amable Aristy Castro era diputado y quería ser senador. Entonces, querían un sustituto que tuviera una hoja de vida y de servicio como el Sánchez y fue en este contexto en que lo convencieron para postularse como diputado. Es congresista desde el 1990, con excepción del período 2002-2006. Dice que piensa retirarse en el 2016. Sin embargo, califica su rol de político como “algo maravilloso”. Como legislador, cuenta que trabajó en la Ley General de Salud que se aprobó en el 2001, además de la mayoría de las legislaciones importantes en materia de salud.

También en la ley de Seguridad Social, una pieza legis¬lativa mediante la cual se solicitó un aumento general de salarios para la clase médica nacional. También, estuvo involucrado en la creación de la Ley General de Medio Ambiente y la Ley que crea el Colegio Médico Dominicano (CMD). Explica que esta última ley no contemplaba nada que tenga que ver con salud y en esa parte le tocó igualmente trabajar. Actualmente, trabaja en varias resoluciones en materia de salud y otras obras de beneficio para la provincia.

Hospital nuevo

Considera que cuando en Higüey se concluya el anexo del hospital que tenga toda la característica de un centro bien equipado, quiere montar una residencia de cirugía, de tal forma que sea un lugar donde se puedan crear cirujanos jóvenes. “Es un sueño que quiero hacer realidad”, expresa esperanzado.  Al doctor Sánchez le preocupa el criterio de vida con que actúa la juventud en los últimos tiempos. Piensa que los jóvenes deben preocuparse porque las cosas sean mejores; tener una revolución en su cabeza; que las cosas vayan cambiando junto con el tiempo.

“Mi mayor satisfacción es haber servido mucho; salvado muchas vidas. La oportunidad que Dios me ha dado de ser una persona que ayuda a la gente a resolver los problemas de salud. En la política, he sido un ente de conciliación, tratando siempre de buscarle un bajadero a los conflictos. Un conciliador”, sostiene este médico y político higüeyano.