sábado, abril 27, 2024
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El Covid marca el Día Mundial de la Tierra

VERÓN. Este 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Madre Tierra con el planeta profundamente marcado por la huella del Covid.

La pandemia del coronavirus ha demostrado sin lugar a dudas que la salud de la especie humana está íntimamente relacionada con la salud del planeta.

El maltrato de los humanos a la Tierra, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la producción agrícola y ganadera intensiva, son factores que pueden aumentar la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos.

De acuerdo con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), cada cuatro meses surge una nueva enfermedad infecciosa en los humanos. Y de ellas, el 75% proviene de los animales.  De ahí la relación tan estrecha entre salud humana, animal y ambiental.

En este Día Mundial de la Tierra la ONU recuerda: «La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como una temporada de huracanes en el Atlántico que ha batido récords, han afectado a millones de personas. Ahora nos enfrentamos a la Covid-19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema».

«El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas)», advierte la ONU en el Día Mundial de la Madre Tierra.

2021: un año decisivo en la lucha climática

Si la tendencia se mantiene, 2021 será otro año más cálido de lo normal. Los registros oficiales de temperaturas que manejan la Organización Internacional de Meteorología y el resto de organismos científicos se remontan a 1850, cuando arranca la era industrial y cuando comenzó la quema de combustibles fósiles a gran escala para alimentar el desarrollo económico.

Como recuerda Freja Vamborg, científica del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, los últimos seis años han sido los seis más cálidos desde que arrancan los registros fiables. Será cálido, pero también debería ser un punto de inflexión en la lucha climática, como reclaman desde las ONG, la ONU y otras instituciones internacionales y Gobiernos.

Aproximadamente la mitad del CO₂ emitido acaba acumulándose en la atmósfera, el resto lo absorben los océanos y la vegetación terrestre. Esa acumulación atmosférica, la más alta de los últimos 800,000 años según la OMM, lleva al incremento de las temperaturas y de la intensidad y cantidad de fenómenos extremos como sequías, inundaciones y fuertes tormentas.

La pandemia sacó del foco principal al cambio climático y obligó a retrasar las cumbres de la ONU; sin embargo, los multimillonarios planes de recuperación de los países pueden suponer una aceleración de la descarbonización de la economía mundial, como llevan meses insistiendo varios organismos internacionales.