BÁVARO. “La crisis en Haití se profundiza con el pasar de los días impactando negativamente a los más pobres, que representan el 60 por ciento de la población del vecino país”, sostuvo Mauricio Ramírez, coordinador residente del Sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en República Dominicana, al señalar como necesario que se tomen acciones de apoyo de fuerzas militares que contrarresten a las bandas en esa noción.
Sin embargo, precisó que esa no es una decisión del organismo como tal, ya que deben participar todos los Estados miembros. “Sobre todo los países que tengan la voluntad, capacidad e interés de hacer la intervención, tal como se realizó con la Minustha, pero
no se quiere repetir ese modelo que demostró no ser exitoso”, dijo el diplomático desde Punta Cana, durante su participación en la reunión 118 del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de Turismo (OMT).
A su juicio, eso se reconoce desde la organización, la comunidad internacional, la sociedad haitiana y su población. Argumentó que de eso, particularmente, recae la importancia del
tipo de intervención que se haga en Haití desde la perspectiva y decisión que se pueda tomar desde la organización y de la comunidad internacional, revisando esos “errores” de anteriores intervenciones, de manera que pueda tomar una acción más efectiva.
La crisis de Haití con las bandas se está profundizando y con ello la crisis humanitaria, por lo que se requiere la intervención a la mayor brevedad posible, reiteró el representante de ese organismo internacional, al detallar que una fuerza militar es “clave”, pero es una decisión de los Estados miembros.
“Estados Unidos y Canadá lo ha estado discutiendo, hay otros actores externos de la región como; Brasil, El Salvador y México, los cuales están interesados”, apuntó. Sin embargo, lamentó que nunca se ha materializado y concretado ningunas de las acciones
de las que se pueden desarrollar, porque implica recursos financieros.
Según su apreciación, si se llevará a cabo una intervención de fuerza militar, los países interesados en apoyar deberán contribuir con recursos humanos, militares, y una fuerza de
choque no conviene, de ir allí hay que hacerle la guerra a las bandas y a los
grupos paramilitares que han persistido en Haití alimentados por intereses políticos, económicos de sus élite.
El diplomático aseguró que la situación actual requiere de intervención lo más antes posible. “Nosotros tenemos una alta preocupación por la crisis que existe en Haití, sobre todo por la situación humanitaria”, precisó.
AYUDA HUMANITARIA
La ONU anunció ayuda de emergencia de 9 millones de dólares para responder al deterioro de la crisis humanitaria en Haití y a la falta de “donantes”.
El dinero procede del Fondo Central de Respuesta a Emergencias y ha sido aprobado por el jefe humanitario de la organización, Martin Griffiths, dijo la semana pasada el portavoz
Stéphane Dujarric.
En los últimos cinco años, el número de haitianos necesitados de asistencia humanitaria se ha doblado, hasta 5,2 millones, y en el último año el número de niños que sufren malnutrición severa ha aumentado un 30 por ciento. Mientras, el plan de respuesta humanitaria diseñado por la ONU para este año solo ha recibido de los donantes un 12 % de los 720 millones de dólares que se consideran necesarios.
RD EXIGE ACCIÓN DE LA ONU
El pasado mes de abril, el canciller dominicano, Roberto Álvarez, alertó este ante la ONU de la “situación insostenible” que vive Haití por la vinolencia de las bandas armadas y exigió al Consejo de Seguridad respuestas inmediatas.
Como había hecho ya en una intervención similar el pasado enero, el responsable dominicano de Exteriores criticó con dureza la inacción de la comunidad internacional ante la situación en el país vecino y sobre todo en su capital, que consideró “comparable a la de
un conflicto armado interno”.
El Gobierno de Haití reclamó el pasado octubre apoyo internacional para hacer frente a las pandillas y la Secretaría General de la ONU propuso el envío de una fuerza armada con
personal de uno o varios países, pero el proyecto hasta ahora no ha cristalizado a falta de encontrar un Estado dispuesto a liderarlo.