NUEVA YORK. La emigración es ese fenómeno social que motiva a las personas a trasladarse de un país a otro en busca de mejores condiciones económicas. De esta situación no están ajenos miles de petromacorisanos que desde hace muchos años han formado parte de este sistema, dejando en su pueblo de origen a familiares, amigos y estilos de vida, para iniciar de nuevo en tierra ajena, Estados Unidos, con condiciones muy diferentes a las que estaban acostumbradnos.
Son varios los casos como el de Rafael Sánchez Cabrera (Patón), quien salió de San Pedro de Macorís hace 37 años. Expresa que consiguió una visa para este país con el fin de participar en un evento deportivo como entrenador de béisbol, pero que se presentaron algunos inconvenientes y sus amigos que residen en esta ciudad le convencieron de quedarse.
Dijo que a pesar de quedarse con una visa de visitante en Estados Unidos, ya al año y 6 meses de estar allá contaba con el estatus de residente permanente, debido a que se casó con una ciudadana de este país que lo ayudó a regular su situación. Sánchez expresa que su vida en Nueva York ha seguido ligada al deporte, pues se mantiene trabajando en el área como entrenador. Señala que todos estos años ha sido parte de clubes y ha hecho trabajo comunitario, aunque también trabajó de forma simultánea en una factoría por espacio de 20 años.
Sobre su vinculación con su pueblo, manifestó que cada año pasa varios meses en República Dominicana, especialmente en el invierno, ya que no soporta el clima frío que se presenta en esa estación del año en los Estados Unidos.
Aunque Rafael Sánchez Cabrera pudo resolver su situación migratoria, no todos han corrido con la misma suerte. Tal es el caso de la señora Damaris Nadal, que llegó hace 22 años a este país y aún no ha podido solucionar su estatus. Es decir que se mantiene residiendo de manera ilegal, lo que le impide visitar su país, pero a pesar de eso sigue luchando por la superación y vive una vida activa, tanto en los trabajos que tiene como en la actividad clubista.
LOGROS
Los petromacorisanos, al igual que otros inmigrantes residentes en los Estados Unidos, han tenido que sortear una serie de dificultades, pero con el esfuerzo y el trabajo han logrado salir adelante. Este es el caso del señor Ronaldo Felipe, quien se ha dedicado al área de la repostería. Tiene su propio establecimiento, con el cual se gana el sustento de su familia.
«Llegué aquí hace 30 años, mi primer trabajo fue limpiando edificios y era con el objetivo de tener un espacio donde dormir. Fueron tiempos muy difíciles, pero hemos logrado superarnos como lo han podido hacer miles de in- migrantes», dijo Felipe, quien al ver la gente de su pueblo siente la nostalgia de estar lejos de su ciudad natal.
Para muchos su regreso a fijar residencia en San Pedro de Macorís es incierto, ya que por las facilidades que les ofrece esta nación norteamericana han decidido quedarse definitivo en Estados Unidos, y han logrado traer a sus descendientes, por lo que con sus familiares en este país descartan el retorno a su lugar de nacimiento. Expresan que visitan a la República Dominicana de manera periódica, pero no con el interés de quedarse.
Juan Miguel Vivenes, es otro de los petromacorisanos que residen en Nueva York. Dice que tiene unos 40 años en Estados Unidos, a donde llegó en el 1980 producto de que sus progenitores se mudaron a residir a esta nación. Cuenta que se ha adaptado al nivel de vida y que ha logrado superarse en lo profesional, realizando diversas actividades.
PRINCIPALES DIFICULTADES
Muchos de los petromacorisanos entrevistados coinciden en los inconvenientes que pasan. Uno de ellos es el alto precio de la renta que tienen que pagar por un pequeño apartamiento en la ciudad de Nueva York. Destacan que muchos de ellos han tenido que mudarse a otros estados que ofrecen mejores condiciones en el pago de alquiler de una vivienda.
Pero a pesar de esto y por la estreches económica que puedan estar pasando aseguran que en este país les va mucho mejor en materia de ingresos que en su país de origen. Periódicamente envían remesas a sus familiares en la República Dominica- na. “Nosotros somos el sostén de muchas familias en San Pedro de Macorís. Yo por ejemplo envió 500 dólares cada mes, porque tengo dos hijos allá y mi esposa que aún no la he podido traer”, dijo Juan Reyes, residente en el Bronx.
UNA RESPUESTA
Ante la queja de los dominicanos este medio se trasladó a las oficinas del congresista de origen dominicano Adriano Espaillat, donde Radhames López, quien ostenta el cargo de asistente del congresista, destacó que desde hace varios años las alzas de las rentas en las viviendas en Nueva York ha estado en la agenda de Adriano Espaillat, con el objetivo de reducir ese impacto negativo a los habitantes de menores ingresos de ese Estado.
“Una de las frases célebres del congresista es ‘aquí nos quedamos’, y nuestra comunidad es pobre, y cuando el congresista fue asambleísta le surgió la idea de llevar una iniciativa con el apoyo de varios movimientos comunitarios y en la actualidad se mantiene enfocado en buscar solución a esta problemática”, expresó López.
Con sus altas y sus bajas esta gran comunidad tienen en común su apego por la provincia que le vio nacer y no desaprovechan ni una fecha relacionada con San Pedro de Macorís para realizar sus encuentros. Conmemoran fechas como la elevación a provincia de San Pedro de Macorís, las fiestas patronales y cualquier otra que destaque.
Además el espíritu solidario se mantiene presente ya que se han dado casos de petromacorisanos que han necesitado la mano amiga en tiempos difíciles.
