sábado, mayo 4, 2024
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Enajenados mentales, abandonados a su suerte y sin institución que los proteja

María Herrera / mherrera@editorabavaro.com

[caption id="attachment_2831" align="alignright" width="150"]Ivelisse Lama Trinidad. Ivelisse Lama Trinidad.[/caption]

LA ROMANA. Decenas de personas que por diversas circunstancias perdieron la noción del tiempo y la capacidad de razonar, se ven obligados a vivir la triste realidad del abandono y el rechazo social en esta provincia.

El drama que les toca vivir a estos seres humanos es desolador: dormir en las calles, aceras, bajo un puente o banqueta de algún parque, alimentándose con restos de comidas que encuentran entre basuras, deambulando desnudos, poniendo en riesgo sus vidas y la de quienes lo rodean.

â??Calalaâ?, como se le conoce a esta mujer de nacionalidad haitiana, es una de las víctimas de ese mundo irracional; sufre problemas mentales. Belquis Collado, vecina de esta mujer, narró la triste situación de esta señora. â??Ella vive en esa acera desde alrededor de unos cuatro años. Ahí hace de todo: duerme, se baña y se cambia como si fuera en su casa; se la pasa recogiendo basura de los zafacones. A veces, la ingiere directamente y también la cocinaâ?, expresó.

Aunque no ha visto ningún familiar que ha ido a preocuparse por ella, Collado cree que â??Calalaâ? tiene un hijo adolescente, llamado Wandel, a quien de vez en cuando vocifera. Se presume que también tenía una pareja con su misma condición de demencia. No se sabe con exactitud las razones que la mantienen en esa situación, pero algunas personas se van al extremo y especulan que fue â??un trabajo de brujeríaâ?.

La misma condición de salud vive un joven de 27 años, quien es atendido por un señor que no quiso identificarse ni tampoco decir el nombre del enfermo mental. Esta persona cuenta que este hombre fue abandonado por su familia, y sufre una especie de â??crisisâ? desde hace unos siete u ocho años, ataques que provocan que ande en medio de la calle desnudo y tome agua de los contenes.

La persona que le presta ayuda dijo: â??Cuando le dan los ataques, pierde el conocimiento, comienza a hacer cosas; dura más o menos un mes en ese estado, y hay que ponerle sedantes para mantenerlo tranquilo. Cuando le da la crisis, se entre cruza entre los vehículos, comienza a cargar basura y a veces se pone agresivo y la familia no lo quiere a su alrededorâ?, contó este señor.

Entiende que la familia debería hacer algo para tenerlo bajo tratamiento, y que sus hermanos no quieren hacer nada; su madre falleció y su papá vive en Puerto Rico, y aunque tiene conocimiento de la situación de su hijo dijo que había sufrido un derrame y que por esta razón no estaba trabajando.

â??Es el tercero de unos seis hermanos, entre varones y hembras. Fue llevado a Santo Domingo, (a chequeo médico), donde un médico le dijo que su cerebro estaba bien, pero de todos modos le puso un medicamento de prueba, hace cinco o seis meses, pero no han vuelto más. La última crisis fue hace como un mes; él necesita que alguien esté atento a su tratamientoâ?, advirtió.

 Otros casos

En la avenida La Altagracia de esta ciudad también hay una situación similar, con un enajenado mental, que mayormente en horas de la noche se pone en medio de la calle, donde hace las veces de un tráfico, lo que pone en peligro su propia vida y la de muchas personas que transitan por esta vía.

Aneudi Hayes, residente en las proximidades de esta vía, dijo que ese señor tiene cerca de un año en ese lugar, le gusta fumar tabaco, pide dinero para comprarlo y no es agresivo. â??Cuando ve una mujer linda, se pone feliz y mueve las cejas. A veces, personas le regalan algo y lo bota; para comerse algo tiene que tener confianza con esa persona; veo que a veces se sienta y lee su periódico. No sé de dónde es nativo; nunca he visto personas buscándoleâ?, señaló Hayes.

Existe también el caso de un español que generalmente deambula por el sector â??La Galleraâ?. Personas consultadas sobre este extranjero dijeron estaba bien cuando llegó a esta ciudad, y que lo veían caminando normal. Pero desde hace unos años anda sucio y descuidado, y a veces hasta desnudo, con un pequeño cuchillo que en ocasiones lo usa para amenazar a personas que le pasan por el lado.

Como estas personas, en La Romana hay muchos casos de gente con problemas mentales, que deambulan por las calles de esta ciudad sin que exista una institución que los acoja de manera permanente.

La directora del Hospital Francisco A. Gonzalvo, doctora Jael Silfa Arredondo, al ser entrevistada al respecto dijo: â??Realmente, lo que nosotros hacemos es la intervención en la crisis. Si hay una persona que está furiosa, que tiene alguna situación mental, se trae, lo trata el equipo de psiquiatras y psicólogos, de acuerdo al tratamiento que lleve, y luego lo que sigue es entregarlo a un familiar ya estableâ?.

Agregó que el paciente es entregado a sus parientes o alguien que se haga responsable, para que siga su tratamiento en casa y lo lleven a las consultas. â??Ahora, gracias a Dios, vamos a tener el centro para estabilización de los enfermos mentales, en el Musa, que es el hospital regional (en San Pedro de Macorís). Ahí está el área de intervención en crisis, y de ahí ya se le entrega a sus familiaresâ?, destacó Silfa.

Dijo que la mayoría de los enajenados mentales no son de La Romana y subrayó el hecho de que los munícipes de esta provincia no les hacen daño a estas personas. â??Aquí tenemos los que conocemos desde que éramos niños. Hay una señora que no sé cómo le dicen, que es una morenita, un gordo alto, que hace mucho no lo veo, pero después la mayoría van llegandoâ?, precisó.

 Cuadro siquiátrico

La doctora Ivelisse Lama Trinidad, médico psiquiatra en la Clínica Doctor Canela y en el hospital Francisco A. Gonzalvo de La Romana, dijo que el tratamiento para personas con este problema de salud depende del diagnóstico, ya que no hay un tratamiento estándar para todos. Asimismo, indicó que semanalmente consulta unos 20 a 25 pacientes depresivos.

â??El diagnóstico más frecuente que nosotros tenemos es depresión. La causa de la depresión tiene que ver con el ambiente del paciente, del individuo como tal. Las dificultades económicas, los extresores sicosociales, son determinantes al momento de presentarse una depresiónâ?, expresó.

Al preguntarle si esa condición por la que están pasando esas personas tiene cura o es solo un tratamiento temporal, dijo: â??Sí hay cura, realmente. Sí hay un manejo con el que podemos curar y terminar un episodio de depresión, y otros que van a curar con algún grado de depresión, de vez en cuando. Es decir, que el que una persona sufre depresión en un determinado momento sea controlada, no implica que en otro momento no vuelva a presentarlaâ?, explicó Lama Trinidad.

En cuanto al costo del tratamiento, dijo que es bastante costoso el manejo de los trastornos psiquiátricos, que ese es uno de los principales problemas que presentan los pacientes y los familiares, porque se convierte en un problema más económico. Esto así, debido a que un anti depresivo, un tratamiento por 30 días, puede costar entre los 3 mil y 4 mil pesos.

â??En tanto que a los pacientes que andan deambulando en las calles, se necesitaría un trabajo a nivel de la familia e institucional. Es decir, si un paciente es llevado a la consulta, debe ser llevado y darle seguimiento, no solamente por el médico sino también por el familiar. De hecho, hay médicos que no ven pacientes solos; no se puede ver un paciente solo, porque uno tiene que ver quién se está haciendo responsable del paciente y quién le va a dar seguimiento al tratamiento que uno le está dandoâ?, expuso Lama.

Dijo que si un paciente anda deambulando y lo llevan al hospital y una institución, como la Defensa Civil o la Policía, lo dejan allí no es mucho lo que se puede hacer, ya que aunque se puede controlar el episodio en ese momento necesitan una casa o un familiar que le dé seguimiento.

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