1 Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. El estrés es un estado en el ser humano, causado por la exigencia de un alto rendimiento sin tener los recursos para cumplir con dicho acometido, lo que produce diversos trastornos físicos y mentales.
Muchas veces confundimos el estrés con la tensión. El estrés es cuando no estas donde deberías estar, no sabes que hacer para salir y llegar al objetivo. Esto produce un daño psicológico, lo que puede crear una desorganización en el estado salud y producir enfermedades crónicas. Sin embargo, tensión es cuando sabes dónde estás y sabes que debes de hacer para llegar al objetivo, lo que provoca estar enfocado y en acción.
La Biblia, siendo un libro escrito muchos años antes de nuestros días nos enseña pasajes claros acerca de este grave problema, uno de esos es el siguiente:
Mateo 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”. Jesús en este pasaje nos enseña que lo más importante para el ser humano no son las cosas que perecen, sino poner la fe en Él y buscar su reino para establecerlo en nuestras vidas, lo que va a provocar un orden en nuestra peregrinación en la tierra.
La gran mayoría de las causas de la ansiedad y el estrés están relacionados con cinco ámbitos: la inseguridad laboral, tanto en salud como en la estabilidad de su puesto de trabajo, la elevada carga de trabajo, casos de violencia y acoso, el desequilibrio entre vida personal y laboral, aspecto familiar y económico.
La OMS calcula que, en los últimos años, el 25% de los pacientes examinados por el médico de cabecera presentan síntomas de ansiedad. El estrés y la depresión no solo tienen un terrible coste humano, sino también económico.
El Foro Económico Mundial (FEM) y Facultad de Salud Pública de Harvard, han calculado que las cinco enfermedades crónicas más frecuentes son: el cáncer, la diabetes, los trastornos cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y los trastornos mentales. Estas supondrán un coste a nivel mundial de 47 billones de dólares durante los próximos 10 años.
“Las cifras señalan que las enfermedades crónicas tienen el potencial, no solo de quebrar a los sistemas sanitarios, sino también de poner el freno a la economía global”, concluye Olivier Raynaud, responsable del departamento sanitario del FEM.