Lo que más se parece al transfuguismo, es el paramédico político, un fenómeno que consiste en recoger a un dirigente descontento, insatisfecho, con influencia política de una localidad, donde tiene baja aceptación. Busca conquistar, mantener, fortalecer o asegurar, mediante el acto de levantar al herido dirigente político y ofrecerle una posición política.
Las conductas políticas del tránsfuga, el herido y el paramédico tiene como elemento común, el maltrato político, no estar conforme con el trato o no haber recibido lo que se le había prometido después de un trabajo político. Ante ese estado, el dirigente o dolido es conquistado, por el contrario, quien le ofrece los primeros auxilios para estabilizar su vida política con ofertas y prebendas. No importa la ideología política se da el cualesquiera de los regímenes. Este ejercicio político es moral y éticamente cuestionado por la sociedad, lo que obliga a legislar para controlar y regular a través de leyes y reglamentos. Este acto de aparente derecho es más frecuente en el tiempo de elecciones, sin embargo, quebranta la salud de la actividad política, la democracia y la institucionalidad.
Ya sea víctima o golpeado en política, el paramédico político se aprovecha de este malestar, inconformidad o insatisfacción para atraerlo con promesas o pagos, la cual justifica con argumentos de carácter personales y políticos. Típico de un partido en el Gobierno. Por ejemplo, es el comportamiento que exhibe un sector del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en Verón-Punta Cana, el cual anda conquistando militantes y simpatizantes disgustados porque no han sido nombrados en el Gobierno y como no pueden ofrecer soluciones, lo hace mediante mentiras y supuestos para sembrar odios, división y distanciamiento en la base del partido, en el entendido de ganar simpatías. Esta estrategia para aumentar sus seguidores, es una acción equivocada, si antes no llenó las expectativas, hoy no la tiene, pues la lealtad es un camino de doble vía, no está condicionada, es libre y voluntaria.
La ambulancia utilizada por el paramédico político para recoger a los heridos son, las falsas expectativas, no prevista en la Ley 33-18. Ésta habla sobre la afiliación, formas y cuándo se debe cambiar de un partido a otro, un acto que en general se acentúa en individuos que buscan de manera personal mejorar su vida, no el bien común o del partido.
Son múltiples los motivos por los que un político decide abandonar una causa y admitir otra; considerada de traición o buena táctica recogerlo, lo lamentable es que la ley y sus reglamentos no cuestionen el papel del paramédico político y sus consecuencias.