A partir de hoy, cientos de miles de personas se desplazan hacia distintos puntos del país por motivo de la Semana Santa, la fecha más importante en el calendario de la Iglesia católica, en todo el mundo. Es la época en que el Cristianismo recuerda la muerte y resurrección de Jesús, el hijo de Dios.
Sin embargo, es importante recordar que la seguridad debe ser una prioridad constante en estos días. Cada año, durante este período, las estadísticas nos recuerdan trágicamente los riesgos inherentes a esta movilización masiva.
Los accidentes de tránsito destacan como una de las principales preocupaciones. Es alarmante ver cómo vidas valiosas se pierden en tragedias que podrían evitarse con precaución y responsabilidad al volante.
Es por eso que instamos a las autoridades de socorro a que concentren sus esfuerzos preventivos en las carreteras. La vigilancia activa y la aplicación rigurosa de las normativas de tráfico deben permanecer como garantes de la seguridad ciudadana durante esta temporada.
Pero los accidentes de tráfico no son la única amenaza que enfrentamos durante la Semana Santa. Los ahogamientos, intoxicaciones por alimentos y bebidas, también ocupan un lugar preocupante en los registros oficiales. Todos tenemos el compromiso de actuar con prudencia.
Esto implica respetar las normas de tráfico, evitar el consumo excesivo de alcohol, supervisar de cerca a los niños cerca del agua y mantener siempre una actitud cuidadosa. La Semana Santa es tiempo de reflexión y renovación espiritual, convirtámosla entonces en una fuente de paz, amor y seguridad para todos.