Pan al hambriento y agua al sediento: el sepulcro exhibió su victoria

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Hablar de la muerte de Cristo implica hablar de cruz. Y mencionar cruz hoy en día es expresar un símbolo de la iglesia tradicional. Puede esto chocar con la idea de muchos, pero es necesario partir donde nace esta tradición. Lo primero es que no se conservan indicios, recuerdo, señal o noticia del uso del ícono de la cruz durante los dos primeros siglos del cristianismo, pues representaba un método de tortura especialmente doloroso. 

No representaron gráficamente el instrumento de la pasión del señor Jesús. El ictus (símbolo de un pez) era el símbolo de los primeros cristianos, en especial durante épocas de persecución, para encubiertamente identificarse unos con otros.

Este símbolo tiene origen en el emperador romano Constantino. Lo adoptó el crismón convirtiéndolo en un popular símbolo cristiano, mas luego se inició a usar la cruz. En el siglo III ya se hablaba de «los religiosos de la cruz», al hablar de los cristianos. En los primeros iconos se mostraba a Jesús triunfante saliendo de la cruz; recién en la Edad Media se representa a Jesús sufriendo o fallecido en el crucifijo. 

Incluso la cruz que muestra a Cristo hoy, no era el mismo tipo de cruz que se utilizaba para ejecutar a los que eran dignos de muerte. La que se utilizaba era tipo T y no la que utilizan hoy que es conocida como cruz latina. Todo esto son fuentes extra bíblicas que lo avala el escritor judío Flavio Josefo en su libro “La guerra de los judíos”. 

La crucifixión es símbolo de sufrimiento, método de ejecución que utilizaban para colgar a todo aquel que era digno de muerte. Los judíos en el antiguo testamento utilizaron un método bien parecido y todo aquel que moría expuesto en un madero era maldito (Deuteronomio 21:23). Tiempos posteriores los romanos adoptaron este tipo de ejecución que fue como murió Cristo. Esto denota que la cruz era un lugar de dolor y maldición. Muchos hoy en día lo exhiben como un lugar de victoria, pero la palabra nos enseña en 1 Corintios 15:55, que Jesús exhibió su victoria sobre el sepulcro al resucitar al tercer día.

Un punto de vista muy personal es que en vez de llevar la cruz en su cuello debería usted llevar una tumba vacía en señal de que aquel que murió también resucitó. Hoy es necesario que usted entienda que, en vez de exhibir la muerte de Cristo en un madero, usted debe de vivir esa cruz, negándose a todo pensamiento carnal para que pueda resucitar juntamente con él. Pablo le escribió a los Gálatas 2:20 que con Cristo estaba juntamente crucificado, para enseñarles a ellos que él vivía según los estatutos de Cristo y no los rudimentos del mundo.