Rossanna Figueroa
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Fotos: Hanel Peña / Listín Diario
HIGÜEY. Toño, Rafa, Tony y Luis decidieron sorprender a su natal Higüey. Sin anuncios ni alborotos llegaron de buenas a primera a la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia.
Obviamente que tener aquí a cuatro hijos que vio nacer este pueblo, creó un revuelo entre los visitantes habituales a ese santuario, así como a turistas locales e internacionales, pues todos quisieron tomarse una foto con ellos.
Y, es que la visita de “los feos, pero sabrosos”, “los hermanos bomba”, se debió a un acto de honor religioso, previo al espectáculo que ofrecerán este 20 de febrero, al que han denominado “Dinastía Rosario”, en el que juntos subirán a escena para poner a disfrutar en grande a los fanáticos del buen merengue, en la Sala de Fiesta del Hotel Jaragua, en Santo Domingo.
La visita de los legendarios Rosario fue cubierta en exclusivo por el Listín Diario, medio que concedió a El Tiempo, la oportunidad de compartir con nuestros lectores las impresiones de los merengueros, así como las tomas fotográficas que se hicieron en el entorno de la Basílica.
Allí recordaron los días y a la forma en que comenzaron su camino por la música. “Los iniciadores fueron papá y mamá”, dijo Toño al establecer la responsabilidad que tienen sus padres, Ramón y Aura.
“Mamá nos hacía el pico de la botella como trompetas”, recuerda Luis, bajista de la agrupación.
Con ese “instrumento” de viento y los demás armados con güira y tambora, cantaban merengues, al tiempo que “maroteaban” frutas en los alrededores de su casa. “
Vivíamos en los montes, cantando encima de las matas”, rememora Rafa y que en ocasiones pasaba la profesora Sonia Cedeño, quien fue la primera en pagar por su actuación, 10 y 15 centavos.
PEPE ROSARIO
A esto se suma los palos, que tocaban en su pueblo y en San Pedro de Macorís. “Pepe era un buen palero”, comenta Toño, hablando de su hermano, fallecido en marzo de 1983, y quien era el pianista y director de la orquesta, y que además acuñó el grito de “acabando”, que tanto identifica a la agrupación.
Ese golpe casi paraliza el camino de los intérpretes de “El lápiz”, “Pecadora” y “La cleptómana”, y quien fue el que reconoció el talento de cada uno de sus hermanos.
“El que nos enseñó y nos puso en cada lugar y lo que íbamos a hacer fue Pepe”, sostiene Luis. “En cada show, en cada momento importante de nuestra vida, tenemos que dedicarle un segmento a Pepe Rosario”, dice Rafa.
En sus primeros años como agrupación, consiguieron tocar en algunos clubes higüeyanos, a los que entraban saltando las paredes, y donde al ver a artistas como Johnny Ventura o Cuco Valoy, se atrevían a pedirles tocar. Recuerdan que Cheché Abreu los presentó como sus sobrinos en una ocasión.
De esta manera se fueron dándo a conocer y sus primeras actuaciones las realizaron en hotel Naranjo, de esta ciudad, el que cobraban 50 centavos la entrada.
“Por la gracia divina hemos tenido más de lo que esperábamos”, considera Rafa, ya que nunca pensó que luego de casi 40 años aún estén en el escenario.
“Me siento contentísimo, orgulloso y muy decidido a trabajar con mis hermanos”, dijo Toño al hablar de sus expectativas sobre este concierto.