Se considera estrés al mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. Por lo tanto, se ven superados para tratar de cumplir con las demandas que se le exigen para superarlas. En estos casos, el individuo experimenta una sobrecarga que puede influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal.
La manera en que cada persona afronta los desafíos ambientales diarios está determinada por diversos factores genéticos, ambientales, físicos, la experiencia previa o la ayuda social, entre otros. Pero si estas experiencias son repetitivas e incontrolables pueden generar un desgaste en el individuo ejerciendo una notable influencia perniciosa sobre su salud.
Los efectos del estrés social dependen de la percepción que cada individuo tiene sobre los estresores sociales, su capacidad para afrontar al estresor, su preparación individual brindada por la sociedad y el uso de estrategias de afrontamiento socialmente aceptadas. En el ser humano los efectos de los estresores que implican la competitividad laboral, el tráfico, el ruido, las disputas maritales o la educación de los hijos, se han investigado al corto y largo plazo, conociéndose ya que son agresores frecuentes que amenazan la salud y calidad de vida de los individuos.
Sin embargo, los aspectos neurobiológicos que subyacen al estrés social son poco conocidos. Por lo que si usted presenta alguna manifestación de estrés en cualquier ámbito vaya donde un especialista que le pueda ayudar, o sino donde su médico de cabecera