Recientemente, se llevó a cabo un valioso reconocimiento en Higüey, tiene un valor fundamental en la historia de este querido municipio. Ahora, las calles General Santana y La Altagracia de Higüey se convierten en el Bulevar Paseo Turístico Arévalo Cedeño Valdez, en honor a este destacado personaje nacido en esta tierra, pero con dimensión nacional. La inauguración de esta obra recreativa fue posible gracias al compromiso y colaboración de varias entidades, entre ellas la Presidencia de la República Dominicana, Banreservas y la Alcaldía de Higüey.
La presencia de la gobernadora provincial Martina Pepén Santana, el alcalde Rafael Duluc (Cholitín), el Obispo monseñor Jesús Castro Marte y el gerente general del Banreservas, Samuel Pereyra, dicho acto significo una muestra de disposición. Arévalo Cedeño nació en Higüey el 21 de agosto de 1932 y falleció el 21 de agosto en Santo Domingo, promoverlo es alimentar el orgullo de la comunidad higüeyana.
Hijos de Rolando Cedeño y María Valdez de Cedeño. Ahora, como parte, sería difundir en la población y entre los visitantes su figura. Es esencial impulsar y estimular su dimensión social y política, para que su legado persista. Pues desde muy joven estuvo ligado a la escritura, trabajo en el periódico El Caribe, abogado egresado de la UASD con Suma Cum Laude. Diputado en el Congreso por la Unión Cívica Nacional, durante el gobierno de Juan Bosch.
Murió con 37 años, de un ataque al corazón, mientras estaba en la Casa Presidencial del Gobierno Constitucionalista del coronel Francisco Caamaño Deñó, en el edificio Copello, Santo Domingo. El acalorado debate con dirigente Héctor Aristy, de sostener su posición de cuyo alto al fuego ante los acontecimientos de esa tarde de ese día de agosto durante la Revolución del 1965, pero el 31 de agosto Caamaño firmaría el Acta de Reconciliación, acto que pone fin a ese acontecimiento.
La valorización de Arévalo Cedeño es una oportunidad para fortalecer el sentido de pertenencia e identidad higüeyana. Es momento de fomentar en la memoria colectiva, su historia social y las figuras históricas que han aportado al desarrollo y crecimiento de este municipio. Al destacar esos factores, como lo de este personaje sería una forma de certificar que su legado perdure en las generaciones venideras, es dejar una huella imborrable en la identidad de lo que define lo higüeyano.
Además, destacar la cultura es minimizar los posibles efectos asociados a los estereotipos, prejuicios y discriminación que podría estar expuesta como sociedad. Y, además, con esta actitud de impulsar los valores de la cultura higüeyana es una inversión en la sostenibilidad del municipio, y es un paso fundamental para preservar su esencia ante la influencia global. De igual manera, la identificación con lo que le es propio, como la comunidad higüeyana, constituye, de ese modo, reforzar sus actitudes y comportamientos.
En ese sentido, reconocer y promover los rasgos de la personalidad de Arévalo Cedeño, como su liderazgo, confianza, orgullo, ambición, fuerza de voluntad y pasión, constituye un significativo aporte a la cultura higüeyana. En fin, invertir en lo social y cultural, como honrar el legado de Arévalo Cedeño. Desde concursos, premios e iniciativas que fomenten la investigación, la lectura y la escritura sobre los aspectos de Higüey, serían oportunidades para afianzar lo colectivo. De modo que, hoy, a 58 años de su muerte, es una parte, como este evento, como otra de este caminar para mantener lo higüeyano. Distinguir lo que encarnó Arévalo Cedeño Valdez, es mantenerlo vivo en las generaciones venideras y complementarlo con otras acciones sociales que sean necesarias para acentuar la identidad.