Es un trastorno polisintomático que empieza antes de los 30 años, de curso crónico y fluctuante. Está caracterizado por una combinación de síntomas de dolor, gastrointestinales, sexuales y seudoneurológicos.
Fue descrito por Briquet (1859), quien la consideró una forma de histeria, en la cual, ante situaciones de sobrestimación nerviosa, individuos susceptibles presentaban diversidad de quejas físicas.
Hay diversos factores que pueden predisponer a padecer esta enfermedad: Personalidades negativas, personas con más sensibilidad física, antecedentes familiares, genética. Este trastorno, que es más frecuente en mujeres, empieza antes de los 30 años y se acostumbra a prolongar durante años de forma más o menos fluctuante, es decir, alternando periodos graves con mejorías.
Los pacientes con este trastorno suelen describir sus síntomas en forma dramática, con muchos detalles. Sus versiones son inconsistentes; por ello, una lista de síntomas puede ser menos efectiva que una minuciosa revisión de las intervenciones médicas y hospitalizaciones para documentar un patrón de frecuentes quejas somáticas. Pueden buscar tratamiento de varios médicos en forma concurrente, ocurriendo, a veces, interferencias peligrosas.
La ansiedad y humor deprimido son muy comunes y pueden ser motivo de atención en servicios de salud mental. Suele haber conducta impulsiva y antisocial, amenazas e intentos de suicidio y discordias maritales. El trastorno está frecuentemente asociado con el trastorno depresivo mayor, de pánico, y los trastornos relacionados con el consumo de sustancias.
El tratamiento se basa en terapia psicológica y el uso de antidepresivos y/o ansiolíticos cuando lo requieran.