PUNTA CANA. La política no le fue ajena a Johnny Ventura, pues el artista ingresó a este mundo siendo aún muy joven.
Sus primeros pasos en este ambiente datan de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, en 1961.
Johnny Ventura vivió 21 años de la Era de Trujillo, pero no conocía los aspectos negativos de su régimen debido a que era “políticamente ciego”.
En sus narices acontecían torturas, asesinatos y persecuciones políticas, pero no se enteró sino hasta que Trujillo fue asesinado y empezó a leer sobre su férrea forma de gobernar.
Fue cuando entró a esos movimientos que se formaron en busca de libertad. Era parte de esos manifestantes que enfrentaban a los trujillistas y voceaba «libertad» en las calles El Conde y Espaillat.
Johnny había estudiado con José Francisco Peña Gómez en la escuela de locución e hicieron una estrecha amistad. El primero aún no era el líder político en que devino, y Johnny estaba lejos de ser el artista que conocemos. Ambos iniciaban sus distintas carreras. En ese círculo entraron Pedro Pérez Vargas y Rafael Corporán de los Santos.
Trabajaban en La Voz Dominicana. El 14 de abril de 1962, Johnny estaba cantando en la populosa calle El Conde, de la Ciudad Colonial. Luego de terminar el primer set se fue con unos amigos a dar un paseo y se encontró con Peña Gómez, quien le dio un abrazo y le preguntó: «¿Cuándo te vas a inscribir en el PRD?» y Ventura le respondió: «Cuando tú quieras». La reacción de Peña Gómez no se hizo esperar. «Vamos ahora mismo», le dijo.
La oficina del PRD estaba en la misma calle. Johnny le acompañó y ese día, quedó inscrito en el partido blanco.
En la medida que Peña Gómez fue ascendiendo en el PRD le fue asignando a Johnny responsabilidades políticas. Al nivel público esto era desconocido, pero todos los dirigentes del partido lo sabían.
“Mi responsabilidad en el partido fue algo que creció, así como mi amistad con Peña Gómez, y a finales de 1981 me ofreció una diputación por el Distrito Nacional, la cual acepté y ocupé por cuatro años 1982-1986”, relató para el libro Merengueros.
En enero de 1998 Peña invitó a Johnny a su residencia de Cambita, San Cristóbal, donde le ofreció de nuevo la candidatura a síndico para terminar con ese conflicto que ya tenía varios meses y amenazaba con quitarle la plaza.
“Yo recuerdo que ese día estuvimos reunidos desde las 8:00 de la mañana hasta las 1:30 de la tarde, él diciéndome que sí y yo diciéndole que no porque realmente no me interesaba. Como testigo estaba en esa reunión Hugo Tolentino Dip”, dijo Johnny.
La excusa que Johnny le dio a su líder y amigo desde sus años de juventud fue que tenía una posición muy alta en la compañía Amway y no podía abandonarla por la sindicatura.
Para la época Peña Gómez estaba viviendo los últimos meses de vida, debido a un cáncer de páncreas que se le había descubierto cuatro años atrás. Una frase fue suficiente para convencer a Ventura: “Hermano mío, no me dejes solo en esta vaina”.
José Francisco Peña Gómez murió el 10 de mayo de 1998, seis días antes de las elecciones, por lo que Ventura consideró que la gente no votó por él, sino por el más grande líder del partido blanco, lo que lo llevó a ocupar la sindicatura hasta 2002.