viernes, julio 26, 2024
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Lo que le sucede al cerebro y al cuerpo cuando hay estrés por dinero

PUNTA CANA, RD. Para la psiquiatra Julieta Sagnay, directora de la Clínica de la Conducta, el origen del estrés se encuentra en el cerebro, que es el responsable de reconocer y responder de distintas formas a los estresores. “Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante”. Según el psicólogo clínico Jorge Tello, el dinero y el trabajo son los motivos que más estrés producen, ya sea por su abundancia o carencia.

Quienes tienen mucho dinero viven preocupados por adquirir más o por no perder lo que tienen; y si no lo poseen, viven preocupados por conseguirlo. Con el trabajo, en cambio, muchos están preocupados porque laboran más de la cuenta, mientras que otros, porque no tienen empleo. “En ambos casos, el entorno social y familiar se ven involucrados.

Entonces, explica Tello, experimentar estrés por no tener dinero, por falta de trabajo, por deudas adquiridas o por malos negocios, entre otros, afecta la cotidianidad de una persona y la de su entorno familiar. Tello recomienda a las personas que están agobiadas por las deudas y no alcanzan a ver una salida, lo primero, no perder la calma. Luego realizar un plan para buscar maneras de pagar las deudas, ya sea haciendo recortes en el presupuesto, cambios en el nivel de vida y, en algunos casos, los hijos deberán cambiarse a estudiar en una institución fiscal o en una privada menos costosa.

También, añade, se pueden modificar los lugares habituales de esparcimiento. “Hay muchas posibilidades que la mayoría de personas no las vieron mientras no estaban agobiadas por las deudas. Incluso, realizar ejercicio físico ayuda a desestresarse”.

Su última recomendación, va dirigida a los familiares, ya que deben aprender a aceptar la situación y a ayudar a la persona deudora a no desalentarse. Deben mostrarle que están con ella en las buenas y en las malas. No recriminarle ni hacerla sentir más culpable de lo que se siente ya por las deudas adquiridas.