HIG�EY. El obispo de la Diócesis de La Altagracia, monseñor Jesús Castro, dijo que en esta provincia hay mucha movilidad humana y que debido a esto se está en un poblado muy complejo porque hay muchos extranjeros y personas que llegan de otros lugares. Argumentó que frente a todo esto, espera que las autoridades fortalezcan la seguridad del ciudadano porque en un pueblo donde hay crecimiento económico, también hay crecimiento de atracos, robos y violencia de género.
Asimismo, comentó que hay mucha violencia de género y que esta provincia es uno de los primeros lugares con más casos de este tipo, y que a esto hay prestarle mucha atención. â??Una mujer es lo más grande que hay en una sociedad, porque es un ser noble y bueno, porque todos venidos de una mujer, después de Dios. Hay que tratarla con mucha dignidadâ?, apuntó. Manifestó que estos dos elementos, falta de seguridad y violencia intrafamiliar son muy fuertes. Indicó que por la complejidad del turismo â??se notan muchos negocios de drogas en los distintos pueblos de la región Esteâ?.
Castro señaló que todo eso conlleva cierta complejidad en una comunidad. â??En ese aspecto le puedo decir, las autoridades deben apretar un poquito más, no en el sentido de maltratar la dignidad humana, nunca, que le apriete no va por ahÃ, si no me refiero a colocar vigilancia constanteâ?, aseveró. Comentó que hay un problema preocupante y es que a veces las autoridades toman a los delincuentes y los tribunales les dan la libertad de la noche a la mañana, sin mucha justificación y vuelve normal a su práctica de cometer delito.
El obispo de la Diócesis de La Altagracia explicó que hay una serie de estructuras que hay que ir mejorando y fortaleciendo, porque si no se aprieta, en el sentido que se cumplas las leyes siempre se va a tener delincuentes. Dijo también que otro problema que hay en la región Este es que no se respeta el â??toque de quedaâ?. Expresó que los centros de bebidas están llenos de gente y que eso produce contaminación y que sumado a eso están las galleras, puesto que las jugadas de gallo no se han controlado, convirtiéndose estas también en focos de contaminación.