martes, octubre 22, 2024
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SALUD Y VIDA

AUTOR: EMILIO JIMÉNEZ

Punta Cana,RD. El término «parafilia» proviene del griego, donde «pará» significa «al lado» o «desviado» y «philéo» se traduce como «atracción» o «amor». Estas definiciones nos permiten construir una comprensión más profunda de lo que representan las parafilias en el ámbito sexual.

Las parafilias se caracterizan por comportamientos sexuales que implican fantasías intensas y recurrentes, así como impulsos que pueden involucrar objetos inusuales o actividades que, para la mayoría, no son consideradas excitantes sexualmente. Los trastornos parafílicos se manifiestan a través de fantasías recurrentes que causan angustia o disfunción, pudiendo incluir la atracción hacia objetos inanimados, la participación de menores o adultos sin su consentimiento, y el sufrimiento o humillación de uno mismo o de la pareja, lo que puede resultar en daño físico o psicológico.

Por lo tanto, las prácticas parafílicas pueden ofrecer tanto placer como riesgos para quienes las experimentan. Se considera que los patrones de excitación sexual atípicos son trastornos patológicos cuando son intensos y persistentes, causan angustia significativa o deterioro en áreas sociales y laborales, o representan un riesgo de daño a otros.

La clasificación de las parafilias incluye condiciones como el exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pedofilia, sadismo, masoquismo, fetichismo travestismo, voyeurismo, y otras parafilias no especificadas.

En cuanto al tratamiento de las parafilias sexuales, las técnicas conductuales se han centrado principalmente en métodos aversivos de extinción, fundamentados en el condicionamiento clásico. Esto puede incluir intervenciones psicoterapéuticas que utilizan enfoques conductuales y cognitivos, así como regímenes médicos que involucran hormonas o medicamentos psicotrópicos.