La Envidia
Es la manera más negativa de admirar a una persona. Es el factor más determinante para sentirnos infelices sin haber culpables, expresado por sensación de tristeza por el deseo del bien ajeno, padeciendo de un estado de percepción, de inferioridad, mostrado por un nivel muy bajo de autoestima en nuestra conducta.
Conduciendo a quien la padece a ser un individuo inseguro e incapaz de tomar decisiones por cuenta propia, siempre buscando un marco de referencia o reforzamiento de otra persona. En muchos casos actúan de manera hostil o iracunda, siendo esto un antifaz para crear una barrera social con el entorno de su dinámica, porque piensan que todos los quieren hacer fracasar.
Normalmente son personas que provienen de senos familiares disfuncionales, donde existía un autoritarismo excesivo de parte de los tutores, conduciéndolos a afectar negativamente a sus allegados por los patrones de disciplina vividos en su infancia y/o adolescencia.
En la vida todo lo que nos proponemos es factible de lograrlo con un 95% de probabilidad, solo hay que actuar de manera metódica y con un positivismo mayúsculo en el pensamiento de que obtendremos lo deseado.
Cuando en tú diario vivir pongas en práctica o desarrolles un proyecto y no obtengas lo percibido, hazte una evaluación interior y busca los recursos que utilizaste que consideran no cumplieron el rol para lo que tenías planificado, reestructúralo e inicia de nuevo.
A distancia evalúa de manera interna de tu Yo, lo que percibes de la persona a quien envidia para determinar si es de fiar. En caso positivo acércatele, exprésale tu admiración por sus logros obtenidos. Tener presente que no importa las veces que te caigas en la carrera de la vida, sino el número de esfuerzos que haces para levantarte. ¡Todos tenemos capacidad de lo que nos proponemos en la vida!
