viernes, julio 26, 2024
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¿ ¿Qué le espera a Jovenel Moïse, presidente de Haití?

VER�N. La oposición haitiana sigue su paso en exigir la renuncia del presidente Jovenel Moïse, alegando que expiró su mandato, mientras que el mandatario denunció un golpe de Estado en su contra. La crisis política y social que vive el vecino país dio un paso más hacia la ingobernabilidad después de que el presidente Moïse anunciara el domingo 7 de febrero un intento de golpe de Estado en su contra y confirmara su intención de continuar en el cargo hasta febrero de 2022. La reacción de Jovenel fue la respuesta a varias semanas de manifestaciones violentas en distintas ciudades del país para pedir su renuncia bajo el argumento de que el 7 de febrero terminó su mandato.

Para el experto en relaciones internacionales, Iván Gatón, el Gobierno haitiano en estos momentos es incapaz de generar el más mínimo consenso social y que los poderes del Estado, sindicatos, cámaras empresarias y movimientos religiosos apoyan la salida de Moïse. â??Moïse cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), que puede considerar conveniente su permanencia, pero la Constitución de Haití establece que el mandato del presidente culmina a los 5 años de realizadas las elecciones que lo llevaron al poderâ?, sostuvo Gatón.

A juicio del internacionalista, el mandatario de la vecina nación pretende seguir adelante con su calendario electoral y celebrar un referendo constitucional en abril próximo. â??El malestar, en tanto, crece especialmente entre los jóvenesâ?, dijo a El Tiempo. Entiende que la solución al problema haitiano tendrá que buscarse desde fuera y será la comunidad internacional quien deba realizarla, ya que afirma no existe una élite dirigente capaz de articularse en un proyecto que pueda sacar a Haití hacia adelante.

Asimismo, la también internacionalista Solange Márquez, explicó que la Carta Magna de la nación vecina en el artículo 134-2, contempla la posibilidad de que las elecciones no se lleven a cabo en la fecha esperada (octubre del quinto año de gobierno) y que

 en caso de que no suceda, el presidente electo entrará en funciones de manera inmediata después de la validación de los resultados pero se considerará que su mandato comenzó el 7 de febrero del año de la elección. â??La interpretación del artículo anterior daría la razón a Moïse.

La segunda vuelta de las elecciones se llevó a cabo hasta noviembre de 2016. Moïse no ostentó el poder entre 2016- 2017, pues constitucionalmente está previsto un caso así y el plazo de cinco años debió comenzar a correr en febrero de 2017 no de 2016 porque aún no se habían celebrado elecciones�, acotó Márquez. Según su apreciación, el tema supera el análisis o interpretación constitucional, se adentra en lo político y es donde los acuerdos llevan meses atorados.

Considera que sin haberse realizado elecciones parlamentarias en noviembre, el país cayó en una crisis constitucional que sumada a la falta de voluntad política está hundiendo al país, una vez más, en una espiral de violencia.

PANORAMA

No es la primera vez que el país ha registrado enfrentamientos violentos. Varios factores han contribuido a la actual crisis política y económica en Haití, siendo uno de ellos la falta de atención por parte de las autoridades. La gente asegura que el presidente no ha hecho nada por ellos, que no ha conseguido atajar la corrupción rampante. Como consecuencia, la economía continúa desplomándose.

A medida que la violencia continúa intensificándose en Haití, es difícil no reconocer lo que muchos analistas han estado prediciendo y lo que la ONU ha estado advirtiendo que es que esta pequeña nación se está encaminando a â??la anarquía absolutaâ?. Los episodios de violencia de la semana pasada fueron un clímax en la prolongada crisis política que vive el país desde el fin de la dictadura dinástica de los Duvalier.

La frustración pública medró en la última década con procesos electorales crónicamente postergados o impugnados, con el desprestigio de los gobernantes, con la ausencia de representación popular legítima o eficaz, con la recesión económica. Atizado desde 2018 por las protestas ante el aumento del precio de los combustibles y por el crecimiento de los delitos de sangre, de la acción impune de bandas y pandillas, y de los secuestros extorsivos, Haití se encuentra dividido.