domingo, abril 28, 2024
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Repensando el futuro: Ya es hora de salir…

Andrés van der Horst.

Repensando el futuro: Ya es hora de salir…

Andrés van der Horst | andresvander@gmail.com
Hace hoy exactamente 20 días desde que el llamado peregrino llegó a Puerto Plata, caminando por la autopista Duarte, cumpliendo una supuesta misión divina de curar la pandemia más dramática que ha visto la historia contemporánea. Cientos de personas se aglomeraron en busca de salvación alrededor de este mítico personaje urbano. El país vio estupefacto que, sin ningún tipo de reparo ni guardando la orden del distanciamiento obligatorio, se apiñaron a la entrada de la playa de Long Beach en el Atlántico. Al día siguiente, el ministro de la Presidencia, y coordinador de la Comisión de Alto Nivel para la Emergencia del COVID19, reprochó el acto anunciando el aislamiento total de esa provincia para evitar lo que muchos pensaban iba a ser un foco de contagio más alarmante que San Francisco de Macorís. Hoy, a 20 días de la imprudencia, los casos en Puerto Plata son mínimos, las recuperaciones superan por mucho las muertes y sus indicadores son los mismos que las provincias donde mejor se han guardado los protocolos del Gobierno. Se puede descartar que esa acción, temeraria e injustificada, haya provocado grandes contagios por la congregación de la gente. Sin embargo, el ministro Montalvo nuevamente anuncia la intención de pedir otra extensión del Estado de Emergencia Nacional a fin de endurecer o, en el mejor de los casos, continuar con la cuarentena y el toque de queda que formalmente se impuso hace casi 60 días. Sabemos que la cuarentena no es una solución para el covid19. Todos los infectólogos con base científica han dicho que su utilidad no es evitar el contagio eventual, sino que su efecto es prolongar su brote en el tiempo para poder disponer de más camas y unidades de cuidado intensivo para atender casos de urgencia. Pues ha sido la avalancha de casos y la poca capacidad de respuesta sanitaria la que ha abrumado a las naciones más desarrolladas. Debemos reconocer que no ha sido el caso dominicano. Ahora bien, lejos de abogar por una eliminación total de las restricciones dejando a millones de dominicanos a una suerte de darwinismo desalmado, lo que sugiero es cambiar la estrategia, que ya sabemos desgastada y es cada día más desafiada por la población. Hemos aprendido algunos niveles de control efectivos, además de ver las medidas de otros países que ya comienzan la fase de apertura escalonada, a fin de evitar que la crisis económica provoque más tragedias sociales que la crisis sanitaria. Es hora de comenzar la reanimación económica con medidas y protocolos específicos para cada actividad económica y llevar el toque de queda a un horario razonable. No es un tema sólo de conservar empleos, evitar quiebras masivas de negocios y el aumento de deudas. Se trata de que el espíritu humano nos convoca a sobreponernos a los embates de la naturaleza con determinación y carácter, volver a trabajar y a construir. Nos protegemos, nos cuidamos, pero ya es hora de salir.]]>