sábado, abril 27, 2024

Andrés van der Horst.

Repensando el futuro: Excúseme OMS pero me resisto�

Andrés van der Horst | andresvander@gmail.com
Mi primera relación con un médico fue mi tía Nuris. Desde que tengo uso de razón, era la mano que a todos nos cuidaba y calmaba. Su paciencia y dulzura hacia que «titanuri» se convirtiera en mi primer súper héroe. Desde entonces tengo una admiración y un respeto a esa profesión que llega casi a la envidia. El sentido de entrega y sacrificio de los médicos es superlativo; viven en la trinchera de la propia muerte y siempre son los héroes anónimos pero villanos a la vez: «si se salva es Dios si se muere es negligencia médicaâ?¦» Sin embargo, como todo en la vida, la humanidad necesita de muchas cosas más para avanzar, mejorar, para seguir adelante, incluyendo los grandes avances en la ciencia y la tecnología que nos permitan mejor y mayor calidad de vida. Imaginemos que de un momento a otro todos fuéramos médicosâ?¦ quizás no tuviéramos la cantidad de muertes y mucho menos los infectados que tenemos hoy a causa del Sars-COV2. Pero ese mundo tampoco tendría deportistas, comerciantes, educadores, músicos, profesionales, jardineros, cocineros, ni comunicadores. Sería otro mundo, extraño y diferente, bajo los parámetros del centralismo del pensamiento médico que es: Salvar vidas y la salud. Algo parecido está pasando con todas las decisiones tomadas a nivel mundial para enfrentar la pandemia, y nuestro país no es la excepción. Todas las decisiones están supeditadas a la recomendación médica. Recuerdo que, al inicio de este proceso que determinó como necesario parar bruscamente la economía mundial y adoptar una cuarentena mundial que parece infinita, le pregunté a un amigo urbanista sobre posibles soluciones para manejar la logística de las votaciones del mes de julio, y su respuesta profesional dejó ver la mordaza moral impuesta: â??eso lo saben los infectólogosâ?. Recientemente, científicos de la Organización Mundial de la Salud â?? que han desvariado en sus recomendaciones a lo largo de la cuarentena- han advertido que ésta pudiera ser la nueva forma de vivir. Con todo el respeto que me merecen, yo me resisto. El mundo ha sabido enfrentar peores cosas, entre ellas virus de mayor letalidad. La muerte nos acecha por mil causas y no hemos parado al mundo limitándolo a su propia naturaleza. Sea cuando se cree una vacuna o porque nos hagamos inmunes o más resistentes al contagio, volveremos a vivir con plena libertad y contacto humano. Confío en que seremos más fuertes y sanos, más solidarios y sencillos, menos arrogantes y vanidosos, más cuidadosos e higiénicos, más humanos. Lo siento por mis héroes pero ya esta guerra amerita que se les de espacio a todas las disciplinas que conforman nuestro mundo y que permiten que nos desarrollemos como sociedad: Es hora de dialogar con los economistas, profesores, sociólogos, sicólogos, ingenieros, empresarios, políticos, etc. Es hora de recobrar el mundo que pusimos en coma al inicio de este año 2020 y de hacer planes para recuperarnos plenamente en el 2021 entre todos y unidos.]]>