lunes, mayo 6, 2024
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Reflexiones: En tiempo de pandemia

Luis de la Cruz

Reflexiones: En tiempo de pandemia

Luis de la Cruz | noboa delacruznoboa@gmail.com
La pandemia del COVID-19 nos llegó avisando, aun así nos tomó desprovistos. Preocupados por la adulteración fallida de las elecciones de febrero, nos desatendieron. Sabían del contagio desde el 8 de febrero, pero el afán por birlar y burlar la voluntad popular los hizo olvidar su condición de Estado sobre la de Gobierno, habiendo actuado con honestidad en febrero, marzo y abril no fuesen tan tormentosos. Iniciando mal seguimos peor. La declaración de emergencia abrió un panorama de libertades mercantiles estatales que quiso ser aprovechado. La sobrevaluación artera de los equipos de protección médica y de las raciones alimenticias los desnudó. Misericordia no hay ante una nación que necesita ser protegida y alimentada. La pandemia ha puesto al descubierto un sistema de salud endeble. Macro en instalaciones, micro en calidad. Macro en gastos, micro en inversión. Macro en publicidad, micro en humanidad. Macro en nominas administrativas, micro en honorarios médicos. Macro en logística, micro en suministros confiables. Con el virus demoledor sí han mejorado aspectos de la cotidianidad. El encierro profiláctico ha unido más la familia, más a los vecinos, más a los dominicanos con Dios, mediante la vuelta a la Iglesia primitiva: cada casa es un templo. Nos hemos dado cuenta de cuáles de nuestros amigos de las redes sociales, saber si manejan la realidad tan bien como la virtualidad. Los sentimos cercanos o lejanos, sin poses cibernéticas. De esta cuarenta saldremos con una visión más clara de la amistad y la familiaridad, las cuales en el espectro cibernético se escondían tras pixeles y algoritmos. Válido es destacar que, ante la desobediencia y el irrespeto ciudadano, manifestado en las violaciones al Toque de Queda, no ha habido grandes abusos policiales. Los insultos lanzados por los irreverentes contra ellos, han sido tomados con sorna, sin ofenderse de manera personal, desconociendo los ofensores verbales que quien los corrige está dejando solos a los suyos y poniéndose en riesgo. Oramos a Dios para que nos libre de esta situación, para que si hubo manos criminales en su creación y difusión se encargue con su justicia divina y para que permita que la misma sirva de crisol donde purificaremos nuestras asperezas personales y espirituales. ¡Cuidémonos!]]>