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Hamlet Melo / hamlet_melo@hotmail.com
El próximo día 5 de agosto, en Río de Janeiro, Brasil, se llevará a cabo el evento deportivo internacional más importante del mundo: los Juegos Olímpicos. Es la segunda vez que se realiza en un país de Latinoamérica. La historia registra la primera celebración de estos juegos en México, hacia el año 1968, repitiéndose dicha oportunidad luego de 48 años de espera. La decisión de privilegiar a Brasil como sede para este año frente a ciudades como Madrid, Tokio y Chicago, fue adoptada por el Comité Olímpico Internacional en la ciudad de Copenhague, Dinamarca, el 2 de octubre.
Los Juegos Olímpicos integran la participación de aproximadamente 10, 500 atletas, quienes compiten en 306 presentaciones físicas correspondientes a 28 disciplinas deportivas, bajo la coordinación de 206 comités nacionales.
La consumación de este evento requiere el despliegue de una compleja logística en términos de seguridad, salubridad e infraestructura por parte de las autoridades brasileñas. Serán 33 las instalaciones deportivas responsables de permitir el desarrollo de las disciplinas deportivas, las cuales estará distribuidas en cuatro barrios (favelas) de esta cuidad superpoblada. Sin embargo, el reto de Brasil radica en poder realizar satisfactoriamente esta ceremonia sobrepasando las adversidades que afronta el Gigante del Sur: la crisis política que sacude la democracia, los altos índices de criminalidad, el flagelo sanitario protagonizado por el virus del Zika, etc.
No obstante todo lo anterior, lo importante de todo esto es que Río de Janeiro, al igual que otras ciudades, logre aprovechar los cuantiosos beneficios económicos que reviste el hecho de fungir como sede internacional de los juegos deportivos más emblemáticos a escala mundial. Ocasión esta propicia para dinamizar el mercado local.
Recientemente tuve el placer de conocer la exuberante Ciudad Olímpica de Beijing, la cual me impresionó profundamente. La inversión incurrida por el gobierno chino sobrepasa los 44 mil millones de dólares, superando tres veces la de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La Ciudad alberga verdaderas obras de arte, instalaciones majestuosas y modernas, convirtiéndose en una inigualable atracción para miles de ciudadanos chinos y turistas de todas partes del mundo.
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