jueves, septiembre 19, 2024
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Falcemia y embarazo

VER�N. El término Enfermedad de Células Falciformes (ECF) describe un grupo de alteraciones crónicas caracterizadas por hemólisis y episodios intermitentes de oclusión vascular que causan isquemia tisular y disfunción orgánica aguda y crónica. Esta puede tener serias consecuencias durante y después del embarazo. ECF es una enfermedad genética autosómica recesiva definida por la presencia de hemoglobina (Hb) falciforme (HbS) en los eritrocitos.

Según informó la hematóloga y especialista en Medicina Interna, Ada Marlena Guzmán Morales, la anemia de células falciformes se hereda mediante la herencia autosómica recesiva, lo que significa que si una madre falcemica homocigota fenotipo SS (pacientes sintomáticos) se casa con un hombre sano, en cada embarazo habrá un 100% de probabilidad de tener un bebé portador del gen S, ósea que el niño tendrá un comportamiento clínico saludable, pero será portador del gen de la falcemia a sus descendientes. Sin embargo independiente de que la pareja sea una persona sana, una mujer falcemica experimenta un aumento de riesgo de complicaciones obstetricias y hematológicas durante el embarazo.

RIESGOS

La hematóloga explicó que las embarazadas con anemia falciforme tienen riesgo de preeclampsia, crisis dolorosas, anemia aguda o hemolisis e infecciones. â??No es recomendable la concepción en una mujer con anemia de células falciforme con edad mayor de 40 años, tampoco un embarazo en paciente con anemia grave valores de Hb menor de 7g/dl22, precisó Guzmán. En estos casos recomendó una evaluación y manejo para estabilizar hemoglobina previa a la concepción.

PRECAUCIONES

Es importante señalar que antes de concebir, la mujer con esta condición debe tener los niveles de hemoglobina estable (8-9g/dl) en un periodo de 6 meses a 1 año sin necesidad de transfusión sanguínea, preferiblemente aumento de la hemoglobina fetal (HBF) hasta el 10 al 20% o de 2,0 a 2,5 veces respeto al valor inicial previo la concepción. De igual modo, mejorar el bienestar general, evitar hábitos tóxicos y factores de riesgo cardiovasculares. Además, tener manejo y prevención de factores protrombóticos (obesidad, estasis venosa, suspensión de terapia hormonales, trastornos de la coagulación) previo la concepción y durante el embarazo, entre otros.

Señaló que es muy importante la prevención de procesos infecciosos antes y durante todo el periodo gestacional. Asimismo, dijo se debe evitar las transfusiones profilácticas, ya que se suelen reservar para los embarazos complicados por anemia progresiva, aumento de los episodios de dolor, preeclampsias, abortos previos o gestaciones múltiples.

En ese mismo orden, la especialista afirmó que las complicaciones que puede traer al bebé una madre con esta condición es que tienden a nacer prematuros, nacer con síndrome de distress respiratorio (angustia, sufrimiento físico o mental, malestar, dolor, tensión, entre otras), así como trastornos auditivos, visuales, neurológicos, digestivos y óseos, además de abortos espontáneos.