PUNTA CANA. Como si se tratara de un déjà vu, poco antes de que llegaran las vacunas contra el coronavirus al país este medio publicó varios trabajos donde se advertía que de no crearse una campaña de concientización la población no acudiría a hacerlo, y hoy una parte importante de población sufre las consecuencias de haber actuado ajena a estas recomendaciones.
En más de una ocasión, el propio presidente Luis Abinader ha tenido que hacer llamados a los ciudadanos para que acudan a inocularse, puesto que las vacunas ya están disponibles en el país, pero la población no está asistiendo de forma masiva a los centros dispuestos para esos fines.
Según el Plan Nacional de Vacunación “Vacúnate RD”, la meta es vacunar a 7.8 millones de personas mayores de 18 años, por lo que se va a necesitar 15.6 millones de dosis para ello. Cabe destacar que desde antes de presentarse el plan, el mismo presidente reconoció que según un estudio (que no identificó) el 40 por ciento de los dominicanos rechazaba inocularse.
Actualmente, se han vacunado con ambas dosis poco menos de un millón de dominicanos, y poco más de tres millones, la primera. Existe una estrategia científica llamada inmunidad de rebaño, que consiste en que una proporción amplia de una población se vuelva inmune a una enfermedad, ya sea a través de la vacunación o la propagación masiva de la dolencia, en este caso el coronavirus.
Ese plan es el que se ha tratado de implementar a nivel mundial para luchar contra el covid-19. Sin embargo, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, ha descartado a la inmunidad de rebaño como una respuesta adecuada para combatir la pandemia de coronavirus. Pero al margen de estas consideraciones, lo cierto es que el Estado dominicano necesita agilizar el proceso de vacunación para poder alcanzar la inmunidad de su población.
RIESGOS
Dado el hecho de que segmentos importantes de la población dominicana han optado por no inocularse, y promover la no vacunación alegando temas religiosos y temores mal infundados, la República Dominicana podría experimentar el sabor amargo de ese comportamiento social.
la meta es vacunar a 7.8 millones de personas mayores de 18 años.
De no cambiar la mentalidad de esa población que ha optado por no vacunarse, se podría llegar al punto de que todas las dosis contratadas por el Estado dominicano lleguen al país, pero no haya a quien colocárselas.
El Estado dominicano ha contratado entre 25 y 30 millones de vacunas con diferentes farmacéuticas. De AstraZeneca se acordó recibir 10 millones de dosis; de Pfizer 9 millones 999 mil 990; de la vacuna china, Sinovac, en el país se han recibido 4 millones 318 mil 000 dosis. Y de la red global Covax de la OMS, 91 mil dosis.
Cabe señalar que además de que el Gobierno ha invertido grandes cantidades de dinero en la compra de estas vacunas, la economía de este país depende en gran manera del turismo. Los países que son principales emisores de vacacionistas hacia la República Dominicana avanzan a pasos agigantados en su proceso de vacunación, por lo que no se aventurarían a viajar a un lugar donde la población rechaza inocularse.
Otro riesgo latente es que quienes no quieren vacunarse representan un peligro para la población (que hasta el cierre de esta edición eran más de tres millones de personas) que sí responde al llamado de inyectarse contra esta pandemia.
En estos momentos, el país enfrenta un aumento significativo de casos en lugares de gran concentración de personas, como el Gran Santo Domingo, San Francisco de Macorís, Hato Mayor y El Seibo. Las camas de las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), se encuentran en un 63 por ciento (363 de 572) de su ocupación y el uso de ventiladores es de 51 por ciento (242 de 478).
El ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, así como la vice presidenta de la República, Raquel Peña, han visitado día tras día los centros de vacunación para motivar a la población. En el país hay alrededor de cinco mil centros habilitados para aplicar las vacunas contra el covid-19.
