Especial para El Tiempo | Andrés van der Horst Punta Cana.- El 2020 pasará a la historia como el año perdido. Inició con una enfermedad respiratoria detectada en China de una inusual viralidad. En pocos dÃas, ya habÃa infectado todo el entorno asiático, medio oriente y llegado a occidente. Una ausencia de liderazgo global, evidenciado por la falta de acuerdos entre las grandes potencias para actuar de forma coordinada y conjunta, y que-a mi entender- se debe mucho a la poca legitimidad y credibilidad del presidente norteamericano, lo que permitió que la decisión quedara completamente en manos de burócratas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS, organismo con sede en Suiza y que pertenece el Sistema de las Naciones Unidas, tiene como objetivo fundamental, según la propia información que ofrecen, â??gestionar polÃticas de prevención, promoción e intervención a nivel mundial en la Saludâ?. La intervención recomendada para atacar el virus calificado como pandemia, fue la paralización total del mundo, colocar en cuarentena a toda la población, y con ella, su economÃa. La decisión radical no sólo tenÃa que ver con la salud, sino con todas las actividades humanas, siendo este hito algo sin precedente en la historia. Se ha justificado esta extrema medida sobre la base del casi seguro cataclismo mortal que podrÃa experimentarse, si no se tomaba esa decisión. La verdad es algo que no se sabrá en el mediano plazo. Habrá que esperar que toda la data acumulada pueda procesarse con objetividad, pero desde ya intuyo que se concluirá que la cura fue peor que la propia enfermedad. Los estragos del Sars Covid 2 son inmensamente mayores que las dos guerras mundiales, y no por las pérdidas de vidas humanas, sino por la destrucción de la economÃa mundial. Ahora, cuando tras más de cinco meses de encierro y parálisis los paÃses tÃmidamente buscan recuperar algo de normalidad, la OMS vuelve a advertir que pueden venir otros brotes y destapar nuevas alertas. Sin dudas, es su misión enfocarse únicamente en prevenir enfermedades. No les corresponde a ellos aquilatar las demás aristas de la humanidad, como son la educación, la economÃa y sobre todo por lo que el mundo ha librado sus mayores batallas: la libertad. Evidentemente, estas recomendaciones sanitarias de la OMS sobrepasan la capacidad de legÃtima intervención de los burócratas desde Suiza. Las polÃticas públicas que deben tomar los gobiernos, deben fundamentarse en sólidos criterios polÃticos y técnicos, y dentro de éstos, naturalmente se encuentran los cientÃficos. Sin embargo, si algo comparten estas recomendaciones y decisiones gubernamentales, es que se está actuando a ciegas. Si, asà es. A ciegas. [caption id="attachment_51707" align="alignright" width="371"] Durante la pandemia de gripe española en 1918.[/caption] Desde la â??Gripe Españolaâ? hasta hoy Si vemos los reportes de principios de siglo pasado, mas especÃficamente del año 1918, cuando la llamada â??Gripe Españolaâ? azotó por igual gran parte del mundo incluyendo a la Republica Dominicana, nos sorprende que las medidas han sido básicamente las mismas. En efecto, en publicación del historiador Frank Moya Pons se reporta que las autoridades de la ocupación norteamericana adoptaron medidas de cierre de teatros, aislamiento y cuidado de la higiene personal, pero nunca se cerró la economÃa totalmente. ParecerÃa que en cien años la ciencia no ha avanzado a pesar del formidable crecimiento económico, y extraordinario desarrollo tecnológico y cientÃfico. También parece ignorarse deliberadamente que periódicamente se han producido brotes de enfermedades similares al COVID-19, cuando hace cerca de 20 años se produjo el SÃndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), y diez años después otra variante del mismo coronavirus en Medio Oriente llamado MERS. Cada diez años se reporta una variante del coronavirus, pero es la primera vez que se conmina a toda la humanidad a cerrar sus fronteras, aislarse y paralizar toda actividad social, económica y productiva. Las alarmantes cifras de contagios y muertes, que se reportan mundial y localmente a diario, siguen patrones erráticos que aparentan alertar sobre lo impredecible que resulta el virus y la limitada capacidad humana para resistirlo. Pero no son más que cifras parciales, de escaso valor cientÃfico, porque no pueden siquiera colocar en contexto el impacto del virus sobre la salud humana, y si las medidas recomendadas son acertadas. En el caso dominicano, si tomamos por ejemplo la data de la semana del 9 al 14 de mayo, no es posible definir un patrón para determinar si se ha llegado al pico de contagios, porque el número de pruebas realizadas, según los reportes de Ministerio de Salud, no es constante, por lo que el número de casos siempre resultará errático y provocará mayor o menor alarma, conforme las autoridades decidan aplicar más o menos pruebas. Cabe destacar que el patrón de muestras se hace en base a la demanda, o sea, responde a personas con sÃntomas relacionados con la enfermedad, lo cual no es una muestra representativa de la progresión del virus dentro de la sociedad en general, y no es, por tanto, un parámetro adecuado para determinar la velocidad de la apertura. No obstante la decisión se ha tomado de iniciar la reactivación social y económica a partir del 20 de mayo en cuatro fases, hasta llegar a la apertura total en el mes de julio. Las autoridades han sido enfáticas en indicar que el progreso está condicionado a la evolución de la enfermedad, especÃficamente si se detectan nuevos brotes que puedan hacer colapsar el sistema sanitario. Pero, ¿cómo se podrá determinar esto, en base a cantidad de casos incrementados o disminuidos conforme la cantidad de pruebas administradas a personas sintomáticas? ¿Dónde están las pruebas aleatorias? ¿Dónde está la segmentación que permite identificar edades, sectores vulnerables, variables de riesgo? En polÃtica, que es el ambiente en el que me desenvuelvo, no se toman decisiones polÃticas ni electorales sin encuestas. Los análisis estadÃsticos forman parte de la base cientÃfica que a diario moldea la toma de decisiones. ¿Acaso no se pudiera hacer lo mismo, tomando muestras diarias representativas y aleatorias por región, de suerte de no sólo tomar muestras a los sintomáticos, sino a una población en general, para determinar cómo crece o no la enfermedad o cómo resistimos los dominicanos el virus? Los paÃses que mejor han manejado la pandemia coinciden en haber realizado enormes cantidades de pruebas. En nuestro paÃs, la compra de las pruebas se ha dejado a la campaña polÃtica. Pero aun reconociendo que las pruebas son costosas y escasas, es posible hacer un uso más efectivo de ellas si se combinan con las estadÃsticas y el análisis cientÃfico, pues sólo asà tendremos datos claros del comportamiento de la curva e incluso el nivel de inmunización que podrÃa tener la sociedad dominicana. Estos datos son los que nos permitirÃan saber la velocidad y amplitud de la apertura. Apertura versus secuelas Debemos aplaudir la apertura. Era necesaria, no sólo desde el punto de vista económico, sino también social y sicológico. El Banco Mundial ya estima que más de 60 millones de personas en todo el mundo volverán a la condición de extrema pobreza. Un verdadero crimen, del cual el virus es sólo parcialmente responsable. La decisión de detener el motor que impulsa el desarrollo y la calidad de vida, fue tomada sobre la base de patrones y parámetros a partir de lo que acontecÃa en otros paÃses, con condiciones climáticas, poblacionales, económicas y sociales muy distintas, y no nos hemos detenido a analizar cientÃficamente cómo se ha manifestado el virus en nuestra población. Sólo con pruebas realizadas de manera inteligente siguiendo un método cientÃfico, y no un patrón en base a la demanda administrados de forma discrecional, podremos ver real y efectivamente luz al final del túnel. Sin pruebas en cantidad suficiente y administradas de manera general, o al menos aleatoria, estaremos dando pasos a ciegas.]]>