jueves, mayo 2, 2024
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Abel Martínez, entre dichos y hechos

Oscar Quezada

oquezada@editorabavaro.com

PUNTA CANA. Abel Martínez, el reconocido dirigente del Partido de la Liberación Dominicano (PLD) que ayer ganó la candidatura presidencial de esta organización, quizás no sea el político favorito de la comunidad haitiana en República Dominicana. Y mucho menos para los que están al otro lado de la isla.

Esta frase quizás ayude a entender el planteamiento anterior: “En el 2024, no solamente el PRM se va; los nacionales haitianos con estatus ilegal en nuestro territorio, también es pa’ fuera que van”.

Sí, Abel Martínez se ha convertido en vocero natural de los sectores que apuestan a la expulsión masiva del territorio dominicano de cientos de miles de haitianos indocumentados.

Por esta razón, esos sectores celebran hoy que Abel haya ganado con el 60.87 por ciento las primarias para elegir al candidato presidencial del PLD.

Abel no es el candidato del que se puedan afirmar muchas cosas con miras al certamen electoral del 2024, y en cambio es una figura política revestido de especulaciones sobre su proyecto político cobijado del apoyo de la cúpula del partido morado.

Abel-Leonel

Cuando el ex presidente Leonel Fernández representaba prácticamente la mitad del PLD, Abel fue siempre uno de sus más fieles pupilos. Y tras la salida de Leonel por su descontento con los resultados de las primarias del 2019, Abel y Leonel siguieron siendo amigos cercanos, contrario a otros dirigentes del PLD, que se tomaron muy en serio el disturbio de aquel octubre inolvidable.

Y esta amistad inocultable es lo que preocupa y sobrecarga de rumores el ambiente político electoral, no solo dentro del PLD, sino también hacia fuera. Desde anoche, cuando Abel levantó la mano en señal de victoria en la casa nacional del PLD, los comentarios no paran en redes sociales, radio y televisión.

Pero miremos distintos escenarios, más allá de lo que unos quieren que sea y otros hasta oran para que no se haga realidad.

Alianza con la Fuerza del Pueblo

Abel Martínez es un político exitoso, y discutirlo es perder el tiempo. Sus números hablan solos: desde el 2002 hasta el 2016 nunca perdió sus candidaturas a diputado. En 2016 corrió por la Alcaldía de Santiago y ganó de forma fácil, y en el 2020 se repostuló y volvió a ganar con una ventaja holgada.

Tiene carisma y cae bien dentro y fuera del PLD. Su discurso en defensa de la soberanía y la identidad nacional frente a la presencia haitiana, le han generado una gran simpatía. Y de igual manera sus posturas sobre temas cruciales para el desarrollo nacional, como seguridad ciudadana, creación de empleos, salud y educación.

Por su cercanía con Leonel y su experiencia probada, Abel genera ruidos y pone a muchos a pensar en una posible alianza con la Fuerza del Pueblo, partido fundado y liderado por su buen amigo y mentor.

¿Es posible? Eso nadie puede afirmarlo de forma concluyente, y tampoco negarlo. Abel es amigo de Leonel, ambos candidatos de sus respectivos partidos. Sin embargo, las alianzas no se formalizan entre candidatos, sino entre partidos políticos.

En este escenario, Abel debe primero echar el pleito a lo interno del PLD, para convencer a su alta dirigencia de la conveniencia de negociar con Leonel. Y para nadie es un secreto que (al menos hasta el momento en que se escribe esta nota) entre el PLD y la Fuerza del Pueblo lo que hay son heridas abiertas.

Entre estos partidos no hay nada que pueda servir incluso para especular sobre una eventual alianza. ¿Y si así fuere? ¿Qué pasaría si Abel finalmente logra convencer a la cúpula radical del PLD de que lo mejor es pactar con la Fuerza del Pueblo para derrotar al Partido Revolucionario Moderno (PRM)?

Abel ha dicho que no es vice de nadie, que nunca lo ha sido. Pero los presagiadores lo ubican sonriente en la boleta electoral conjunta (PLD-FP), bien al ladito de Leonel, sonriente y victorioso, como candidato vicepresidencial y su amigo como presidente.

Si el PLD y la Fuerza del Pueblo sellan alianza, el acertijo sería quién encabezará la boleta como candidato presidencial, si Leonel Fernández, que dice está empatado con el presidente Luis Abinader con miras al 2024, o Abel Martínez, que ganó con amplio margen su candidatura presidencial, goza de respeto y apoyo dentro y fuera del PLD, y no arrastra colas en ninguno de sus cargos en el Estado.

PLD-PRM

Una alianza de este tipo luce lejana, incierta. Y sin embargo nada se descarta. El PLD está liderado por Danilo Medina, ex presidente de la República con varios parientes cercanos en riña con la Justicia acusados de corrupción. Los manejadores de bolas de cristal vislumbran a Danilo negociando una alianza con el PRM, a cambio de un mejor futuro para sus hermanos perseguidos por el Ministerio Público.

Pero la cuestión es que para Luis Abinader y su partido, el combate a la corrupción y la impunidad siguen siendo puntas de lanza para convencer al electorado de que vale la pena para seguir creyendo en su proyecto de nación. Un acuerdo con el PLD sería un suicidio político que el PRM no correría.

Además, el PRM mira al PLD como una organización debilitada, con pocas posibilidades de competición.

Pero en política nada se descarta; nada se puede asegurar.