viernes, mayo 3, 2024
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Orgullo del Este: Marino Pérez, oriundo de Hato Mayor

Marino Pérez, nacido el 26 de diciembre de 1946 en Guayabo Dulce, provincia Hato Mayor del Rey, fue un destacado músico y compositor, reconocido por su autenticidad y contribución a la bachata.

Para expertos y seguidores de este género musical, Marino es considerado uno de los principales exponentes de la bachata de amargue de todos los tiempos.

De cortador de caña siendo todavía niño, su pasión por la música lo llevó a San Pedro de Macorís, donde inició su fecunda carrera colaborando con músicos como Negro Sánchez, Suri Domínguez, Julito Reyes y Ramón Marrero.

En los años 70, se unió al grupo «Los dominicanos del ritmo», también conocido como «Los cibernéticos», liderado por Cristóbal Acosta. Esta asociación marcó un punto de inflexión en la carrera de Pérez, llevando su música a un público más amplio.

CAMINO AL ÉXITO

Entre tragos, mujeres y parrandas interminables, Marino desarrolló su talento innato como cantante, compositor y arreglista. Su primer gran éxito, «Aclamando el licor», catapultó su carrera y lo consolidó como uno de los representantes más auténticos y creativos de la bachata.

A lo largo de su carrera, Marino Pérez popularizó numerosas canciones que resonaron con el público dominicano, entre ellas “Vine a buscarte morena”, Ay, mami”, «El trago de olvidar», «De taberna en taberna» y «La espero bebiendo».

Sus letras reflejaban experiencias comunes, emociones y la vida cotidiana de la gente, lo que le ganó el afecto y el reconocimiento de sus seguidores.

Además de sus éxitos mencionados, otros temas destacados en la discografía de Marino Pérez incluyen «Chiquitita», «Una copa más», «La esperaré bebiendo», «Peña y sentimiento», «Paloma herida» y «Yo no puedo más», entre muchos otros.

En cada una de sus canciones capturó la esencia de la bachata y conectó con la audiencia a través de melodías emotivas y letras evocadoras.

UN FINAL TRISTE

A pesar de su éxito musical, Pérez enfrentó desafíos en el ámbito comercial, ya que muchas disqueras se quedaron con los derechos de sus grabaciones.

Vivió y murió en medio de una pobreza económica que contrastaba con el gran éxito y acogida que tuvo su música en el corazón del pueblo dominicano.

En 1991, Marino Pérez fue ingresado a un centro médico de San Pedro de Macorís, debido a complicaciones causadas por una cirrosis hepática. Tras varios días de lucha contra la enfermedad, los médicos determinaron que su condición era irreversible.

Finalmente, el 26 de julio de 1991, Marino Pérez, uno de los más auténticos representantes de la bachata, falleció en su hogar ubicado en la calle Romana González número 145, del barrio México de San Pedro de Macorís.

Su partida dejó un profundo vacío en la industria musical dominicana y en el corazón de sus seguidores. Su influencia en la música dominicana y su impacto en la bachata continúan siendo reconocidos hasta el día de hoy.

Marino Pérez es recordado como un ícono del género bachata y un representante genuino de la cultura popular del país.