sábado, septiembre 7, 2024

WASHINGTON. En la región de Centroamérica, donde viven unos 50 millones de personas, la mayoría de escasos recursos que depende del trabajo informal en un 60% y de las remesas internacionales que ya empiezan a mermar, la pandemia se ha propagado de manera intensa y sostenida a casi 10 meses de su llegada.

Los seis países centroamericanos de habla hispana (menos Belice) acumulan más de 625 mil contagios y alrededor de 14 mil muertes por el coronavirus con Panamá a la cabeza. A la crisis sanitaria se suman los implacables huracanes Eta e Iota, que han dejado miseria, hambre y destrucción a su paso en noviembre pasado por la región, especialmente en Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Tan solo en Honduras, los dos huracanes dejaron 94 muertos y casi 4 millones de damnificados en el norte del país y, según analistas, provocaría un aumento de la pobreza de un 10%, superando el 70% de la población.

Se estima que pandemia y huracanes dejan pérdidas a este país por unos 4.140 millones de dólares. El panorama es desalentador. La semana pasada la Cruz Roja alertó que Centroamérica aún necesita asistencia tras los ciclones, mientras que el Banco Centroamericano de Integración Económica advirtió que la pandemia causará en la región una crisis económica â??tres veces más intensaâ? que la ocurrida en 1998 por el huracán Mitch. Según la Cepal, el Caribe sería la subregión más afectada en 2021, con una contracción de 7,9%.

Le seguiría América del Sur con 7,3% y Centroamérica con 6,5%. El organismo apunta a que la economía centroamericana será de -8.5% y el país que mostrará un peor desempeño es El Salvador con una caída del -8.6% (a excepción de Panamá que bajará un 11 %). Los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) buscan crear un frente común para solicitar financiamiento internacional dedicado a la reconstrucción económica de la región, golpeada por la pandemia de coronavirus y por varios huracanes.