EDITORIAL / Por la dignidad de los maestros

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La celebración del Día del Maestro, el pasado 30 de junio, encontró a más de un centenar de profesores que, pese a que han sido contratados por el Ministerio de Educación, aún no comienzan a recibir los beneficios de la labor que rindieron en las aulas durante el segundo período del recién finalizado año escolar 2015-2016.

La denuncia fue hecha por el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), filial La Altagracia, Esteban Castillo Garrido, quien dice, además, que el sindicato tiene conocimiento de la existencia de cientos de estudiantes sin inscripciones, porque no hay cupos para ellos, a pesar de que residen próximos a los recintos educativos.

Sin embargo, ese mismo día, el director Regional de Educación, Pedro de los Santos, informó que para el próximo año escolar 2016-2017 entrarán en funcionamiento cuatro nuevos centros escolares en el Distrito Municipal Verón-Punta Cana.

Esas nuevas escuelas están ubicadas en las comunidades de El Macao, La Ceiba, El Salado y Pueblo Nuevo, en Bávaro. De los Santos, aclaró que en el municipio de Higüey  los centros que se construyen están avanzados pero no estarán listos para el mes de agosto.

Ambas informaciones reseñadas en esta edición de El Tiempo, contrastan con la llamada â??revolución educativaâ? que ha promovido durante su gobierno el presidente Danilo Medina.

Mientras cientos de docentes llevan meses sin  recibir la remuneración por la labor que han sido contratados, el Gobierno continúa exhibiendo sus logros en la construcción de nuevos centros educativos, muchos de los cuales son donde se están presentando las situaciones denunciadas por la ADP.

Consideramos que la llamada â??revolución educativaâ? debería mantener un hilo de coherencia entre la necesaria y apoyada construcción de nuevas aulas; pero, además, que vaya de la mano con la dignificación de los maestros, quienes son los que se dedican durante año lectivo a impartir las horas de clase que el mismo Gobierno ha diseñado.

Saludamos el aumento de nuevos centros educativos en La Altagracia y toda la región Este del país; de igual forma, entendemos que en pleno siglo XXI un docente, con carga familiar o sin ella, no puede ser objeto de retrasos tan significativos como dejar de percibir su salario durante medio año lectivo.

Ojalá y que esa situación culmine antes del inicio del próximo año escolar pautado para mediados de agosto próximo y que esa amarga realidad no sea un escollo para el periódico 2016-2017.

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