sábado, mayo 4, 2024

Sin tapujos

Qué pasa en San Pedro de Macorís

Cuando en algún ámbito de la seguridad ocurren episodios que ponen en peligro el bienestar común, los ciudadanos culpan a sus autoridades, y exigen al Estado que asuma acciones prácticas y concretas.

En este contexto, vale resaltar que la seguridad es un bien público, y que ciertamente el Estado está obligado a garantizarla conforme el nivel de expectativa que tenga la población.

La gente que renuncia a caminar por las calles por miedo a ser agredidos por un algún delincuente, o aquellos que por esa misma sensación simplemente abandonaron la vieja costumbre de sentarse enfrente de sus casas, asumen el derecho de exigir protección y garantías plenas de seguridad, tanto a su integridad física como de sus bienes. 

Decimos esto, a propósito de la situación de inseguridad que viven actualmente los ciudadanos de San Pedro de Macorís, de la que este semanario se hizo eco en la pasada edición.

Los robos y asaltos a mano armada se han convertido en un día a día que le impregna temor e incertidumbre a los petromacorisanos, quienes exigen que la Policía Nacional asuma activamente su rol de garante fundamental de la seguridad ciudadana.

Los delincuentes no pueden sentir jamás que son amos y señores de las calles, y hasta de las propiedades y negocios privados, como expresan ciudadanos de esa provincia del Este. 

Las autoridades deben acudir sin demora al grito desesperado de San Pedro de Macorís, y no ignorar que la seguridad ciudadana es un bien público, y que por tanto no se pide ni se mendiga. 

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