Palabras de Aliento: Escuchar más que oír
WANDA RIJO /rpastoresrodriguezaw@hotmail.com
Con mucha frecuencia confundimos el escuchar con oír, y aunque parece lo mismo no es así, ya que el oír tiene que ver con recibir un mensaje y escuchar con interpretar, analizar lo que nos están diciendo. Escuchar toma tiempo y es algo más que oír, es el fundamento para una comunicación eficaz, y esta a su vez hace que una relación sea funcional y verdadera.
Estamos tan afanados y preocupados por nuestras propias necesidades e intereses que no tenemos tiempo para dedicarle un momento a escuchar a los demás y esa condición nos hace cada día más incomprensible y menos sensibles a los demás y su condición. Tenemos que hacer un alto y detenernos un momento a escuchar a Dios, a nosotros mismos, a nuestros conyugues, a nuestros niños, a nuestros padres, a aquellos que nos aconsejan, a quienes nos advierten.
Cuantas crisis, divorcios, fracasos y hasta la muerte se pueden evitar con tan solo escuchar. Dios nuestro Señor y el creador de todo el universo siempre ha querido obtener la atención de su creación, por eso una y otra vez ha llamado la atención a su pueblo reclamándole el hecho de que su pueblo no lo escucha y como consecuencia el enemigo siempre obtiene ventaja, engañando y estorbando los planes y propósitos que Dios tiene para con su pueblo.
Usted y yo no somos ajenos a ser objetos de engaño al no prestar atención a las tantas veces y maneras que Dios nos habla, no le prestamos la más mínima atención. Es tiempo de que reflexionemos y meditemos si estamos oyendo o estamos escuchando, porque el escuchar puede hacer la gran diferencia en nuestro próximo proyecto, meta o conquista.
Dediquemos tiempo a escuchar, porque es sólo a través de pasar tiempo haciéndolo que podemos darnos cuenta de tantos detalles, equivocaciones y errores que con tanta frecuencia solemos pasar por alto y reuniones que, sin lugar a dudas, el reconocerlas harán la diferencia. Que el escuchar sea un estilo de vida, que traiga aliento y vida en cada palabra que escuchemos con atención.
Seguramente que si prestamos atención y escuchamos a nuestros jefes, amigos, maestros, mentores, líderes, padres, cónyuges se sentirán más agradables al comunicarse con nosotros; no dejes pasar esta oportunidad de escuchar aún a aquel que piensas que no habla correctamente, si no puedes entender sus palabras, seguro escucharás su corazón, sentimientos y emociones si logras dedicarle tiempo y atención.