Es una enfermedad de la piel producida por hongos, en el lenguaje médico se le denomina micosis, aunque puede afectar cualquier parte de nuestro cuerpo, principalmente en áreas que conservan humedad como la cabeza, las axilas, la ingle (verijas), las palmas de las manos, las plantas de los pies y las uñas, además de los pliegues articulares en personas muy gruesas (obesas).
Existe un 10% de la población mundial afectada de hongos (micosis), en diferentes partes del cuerpo, con mayor incidencia en los pies y sus uñas (pies de atletas); se estigmatiza de esta manera en consecuencia de ser los deportistas las personas que utilizan el mismo calzado durante largos periodos, y con mucha frecuencia.
Se caracteriza por presentar resequedad de la piel, con presencia de escozor (picazón), conduciendo en cierto grado a producir laceración de la piel, ocasionando infecciones del área afectada.
Se transmite por contacto directo o el uso de ropas de pacientes infectados; independientemente de las medidas a aplicar para prevenir o erradicarla la higiene corporal es la primera medida a tomar para combatirla, además de utilizar un protocolo como medida preventiva. Iniciando por un lavado y secado correcto de los pies, secándolos con una toalla diferente a la que utilizamos para resto del cuerpo, además de cambios de las medias (calcetines), cada 8 horas y no volviendo a usar hasta el próximo lavado.
Utilización de polvos secantes en los pies y aplicación de aerosoles antimicóticos en los zapatos que utilizamos. Es obligatorio el lavado frecuente de la ropa que utilizamos para practicar deporte, al igual que las indumentarias para ir a playas, ríos o piscinas, que deben de ser de uso personal.
Existe un conglomerado de personas que son proclives a padecer esta enfermedad, en virtud de que están afectados de patologías crónicas como la diabetes, el lupus, SIDA, entre otras, lo que lo conduce a estar inmunodeprimidos, es por ello que debemos mantener una vigilancia epidemiológica en este tipo de pacientes para evitar sean afectados por esta patología.
Debe ser una rutina el tener los pies al aire de 30 a 45 minutos esparcidos en 24 horas, para mayor oxigenación de los mismos, así prevendríamos ser afectados por los hongos y a la vez mayor salud e imagen de nuestras manos y los pies, lo que contribuye a elevar nuestra autoestima.
Higiene de nuestros pies, manos y adiós a los hongos.