Es una enfermedad que se presenta de manera súbita, desconociéndose su origen. Afecta un lado de la cara por lesión del séptimo par craneal (nervio facial). Fue descrita en el año 1829 por el científico escocés Charles Bell.
Con relación al sexo, afecta más al femenino hasta los 65 años de edad, luego de alcanzar este periodo de la vida la proporción a padecerla es igual, puede afectar a niños menores de 13 años.
Al inicio de su estudio se pensaba que cambios bruscos de temperatura, al abrir una ventana, una nevera, lavarse la cara estando sudado, alegatos que fueron descartados en virtud de que lo que se produce son espasmos musculares, de arterias y venas de lado de la cara afectado.
El padecimiento de enfermedades virales, como el herpes labial, zoster, infecciones y otras enfermedades, tienen estrecha relación con la afección de esta patología, su frecuencia oscila 20 casos por cada 100,000 personas al año.
En vista de que afecta los párpados y la secreción de las lágrimas del ojo del lado afectado, es frecuente observar la salida de una lagrima, hecho de que el paciente no se percata, por la falta de sensibilidad, llamándose a este fenómeno lágrima de cocodrilo.
Del 75 al 90% de los pacientes se recuperan en un periodo de 2 a 3 semanas, si la lesión no es de arterias, venas o del nervio facial por derrame cerebral.
El tratamiento consiste en la colocación de un parche en el ojo del lado lesionado, con aplicación de gotas lubricantes cada 4 horas para evitar lesión de la córnea por resequedad, masajes periódicos con los nudillos de los dedos, masticar chicles y colocación de compresas frías y tibias de manera alterna cada 8 horas, además de relajación mental.
Frente a la pérdida de la sensibilidad de un lado de la cara, visite un médico familiar.