Entre quienes siguen el acontecer político altagraciano existe un consenso, y hasta cierta sorpresa generalizada, sobre el activismo político que se ha desatado en la provincia. En el caso del municipio de Higüey, los partidos han estado muy activos las últimas semanas.
Lo propio ocurre en algunos de los distritos, sobre todo en la demarcación de Verón-Punta Cana, donde se vive una campaña anticipada, incluso tan descarnada como suelen ser en períodos electorales.
¿Por qué se ha desatado la confrontación a lo interno de varios de los principales partidos? ¿A qué se debe este enfrentamiento a destiempo entre los activistas de la oposición y oficialistas? ¿Cuáles son las causas que alimentan este repentino frenesí de sagacidades opuestas?
Conviene poner en evidencia las interioridades de esta lucha en la que se debaten liderazgos y algunos buscan ampliar sus espacios políticos. A grandes rasgos pueden identificarse tres causales diferentes. Una de ellas, quizás la más determinante, tiene su origen en los acontecimientos políticos ocurridos recientemente en el país, con epicentro en Santo Domingo.
En segundo lugar, opera la actual recomposición de liderazgos provinciales como consecuencia del ascenso del PRM, la irrupción de la Fuerza del Pueblo y la extensión de proyectos y aspiraciones distritales que ahora tercian a nivel provincial.
Y, por último, en el PRM, se ha desatado lo que podría llamarse “la sublevación de los sargentos” atizada, además, por activistas recién llegados, que intentan abrirse paso desafiando a los líderes originales del partido.
Para entender lo que acontece, a los fines de avizorar posibles acontecimientos a corto y mediano plazo, es necesario adentrarnos en la comprensión de esas tres causales. Este panorama se hace más activo con un PLD que se aboca a elecciones primarias, un PRM confrontando cuestionamientos internos y la Fuerza del Pueblo intentando desplazar al partido morado de su condición de principal fuerza opositora.
En las próximas entregas intentaremos poner en relieve causas, figuras y un poco de las cosas que no se ven en el agitado ajedrez de intereses altagraciano.